Hoy tomamos conocimiento en nuestra redacción de algunos llamados telefónicos de padres que integran el grupo de denunciantes contra la Clínica Nuestra Señora de la Dulce Espera, de la localidad de Sarandí, partido de Avellaneda, donde nos mencionaban que recibieron mensajes del tipo intimidatorios advirtiéndoles que les podía suceder algo a ellos o su familia.
Es indignante que esta gente recurra a acciones «berretas» para garantizarse la impunidad con la que se manejaron durante muchos años, en los que han pasado muchas cosas graves, pero las autoridades nunca se ocuparon de inspeccionar.
Desde el Multimedios El Sindical, les advertimos a estos cobardes que hoy se habrán preocupado por las medidas que la justicia de Morón aplicó a los médicos del Instituto Médico Güemes, y tal vez sabiendo que lo ocurrido en Avellaneda es mucho más grave, se hayan envalentonado para semejante idiotez, habrá que esperar, que la justicia actué.
Al parecer no se sienten del todo seguros con contar con el abogado Fernando Burlando, amigo del Ministro de Salud y del gobernador Daniel Scioli, parece que eso no les ancanza
Por Marcelo Ricardo Hawyrlciw
Yo supongo que ante semejante amenaza la persona que la recibió debe haber hecho la denuncia en una fiscalia. Estas maneras mafiosas de actuar se tienen que acabar de una vez por todas en este país. Esto demuestra que los padres y madres que tuvieron fallecidos en la clínica están solos, salvo alguna excepción. Por lo visto nadie se ha expedido acerca de esta amenaza, solo El Sindical. Mi conclusión es que cuando se amenaza así es porque habrán dado en la tecla. Espero que el pianista siga tocando.