A 20 años de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño, por parte de las Naciones Unidas y ratificada por 192 países, esos derechos siguen sin adoptarse a nivel mundial, aunque los organismos especializados reconocen algunos progresos.
Los informes mundiales de Unicef hacen hincapié en que millones de niños y niñas no gozan de sus derechos más elementales, víctimas de la pobreza, la desnutrición, la marginación y estigmatización, la falta de acceso a la educación y a la salud, la institucionalización y la explotación sexual.
«Para que se cumplan los derechos de los niños y niñas tiene que estar toda la comunidad comprometida y concientizada en cuáles son esos derechos y en que deben aplicarse realmente», dijo A Télam , Nora Schulman, directora ejecutiva del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de la Infancia (Casacidn).
En este sentido, añadió que esta problemática «no es una cuestión que tienen que conocer sólo los especialistas», y resaltó la necesidad de políticas públicas que se orienten en ese sentido.
La Argentina adoptó la normativa internacional y adecuó hace cuatro años su legislación nacional a la Convención dándole un marco jurídico para su aplicación, «que era una de las recomendaciones de la Convención», dijo Schulman, tras marcar ese hecho como fundamental «que incluso va más allá porque incluye el tema de género».
En tanto, en el país se produjeron avances en los últimos años, aunque «sigue habiendo incumplimientos respecto de las normativas y recomendaciones de la Convención», dijo Schulman.
Para la especialista la problemática «no es una cuestión que tienen que conocer sólo los especialistas», y resaltó la necesidad de políticas públicas que se orienten en ese sentido.
A su vez, destacó que una de las cuestiones que se inscriben dentro de los lineamientos de la Convención, es «el subsidio universal equitativo a la niñez destinado a paliar situaciones de pobreza, esto es un avance importante», que anunció recientemente el gobierno nacional.
No obstante enumeró «incumplimientos» frente a otras recomendaciones del organismo mundial.
«Hace ya 5 años que la Convención hizo una serie de recomendaciones a la Argentina sobre problemas centrales de salud, educación, embarazo, chicos institucionalizados y trabajo infantil», dijo la titular de Casacidn.
Destacó que «tenemos un incumplimiento por parte del Estado en cuando a la exclusión social y en el hecho de que estos derechos puedan ser alcanzados por todos los chicos».
Para la especialista, «es preocupante la cantidad de niños institucionalizados, porque la Convención habla de que el niño tiene que estar con su familia o el grupo más cercano, y esto no se cumple, aunque mejoró».
Schulman dijo que «además está el problema de que no hay una ley de garantías de derechos en el tema penal», y recordó que «hay gran cantidad de chicos en instituciones penales que no tendrían que estar».
Schulman precisó que los chicos menores de 16 años cometen el 10 por ciento de los delitos que realizan los adultos, y de ese total el 85 por ciento son delitos contra la propiedad, «esto no implica que algunos chicos cometan delitos graves».
«Pero no hay homicidios cometidos por chicos en forma generalizada», añadió tras criticar «el clima que busca dimensionar» el fenómeno que «es grave porque lo es aunque sea un sólo caso, pero no es significativo».
En este marco, «no es lo mismo hablar de inseguridad que de sensación de inseguridad, y eso en el caso de estos chicos se potencia con la idea de que hay que matarlos, encerrarlos o dentro de poco los linchan por la calle, esto es lo más grave», expresó.
Al mencionar los casos, señaló que son chicos que lamentablemente no tienen nada, «y esto está agravado por el `paco` que tiene la misma raíz, es el tema de la falta de proyecto y pérdida de sentido de la vida».
«Esto es lo más grave que está pasando -reiteró- y la Convención lo está planteando desde su articulado sobre el derecho a la salud, a la educación y a no detenerlos arbitrariamente».
Mencionó otras problemáticas como el trabajo infantil y la explotación sexual de niñas y niños, «esto aumentó; por un lado sale más a la luz y por otro hay más casos».
La titular de la organización planteó que hay una diferencia entre chicos de «segunda», hundidos en la pobreza, y de «primera», de clase media y alta, los que si bien tienen derechos cumplidos también viven, de otro modo, situaciones de desprotección.
En este segundo grupo «también hay abuso, discriminación, violencia familiar, violencia entre pares, pero está mas velada y se maneja por otros carriles que no es el sistema público».
