Definitivamente, Mauricio Macri no parece tener suerte con los funcionarios que designa. Los datos que circulan sobre las actividades y antecedentes recientes de sus «elegidos» no le hacen ningún favor a su imagen.
En el último tiempo pasó a engrosar la lista de los funcionarios cuestionados Juan Ernesto Curutchet, vicepresidente del Banco Ciudad nombrado por el jefe de Gobierno, y candidato del PRO a convertirse en juez del fuero metropolitano.
Curutchet es un joven abogado de extracción liberal. Tuvo militancia estudiantil a principios de los años 90 en UPAU, expresión universitaria que supo orientar la Ucedé del ingeniero Álvaro Alsogaray y su hija María Julia; fue una pieza clave en la organización de la derecha populista que encarnaba Adelina Dalesio de Viola (transmutada en menemista y luego desaparecida del mapa político) y hoy es, además de funcionario, el abogado influyente al que la empresa sueca Atlas Copco recurrió bajo cuerda para resolver juicios laborales millonarios en la Argentina a partir de haber defendido intereses de la empresa, también sueca, Scania, y de la vinculación de Atlas Copco con la ultraliberal Fundación Bicentenario, creada y presidida por el doctor Curutchet, claro.
Según fuentes sindicales de La Bancaria, las denuncias de negociados, coimas y tráfico de influencias en el Banco Ciudad se apilan en los juzgados, sobre todo desde el ingreso del pelirrojo Curutchet, a quien hacen responsable de nombrar asesores muy bien rentados que pertenecen a su estudio jurídico o a la Fundación Bicentenario. En estos días, con el objeto de señalar un caso concreto de doble moral, las fuentes señaladas agitan la escandalosa declaración jurada presentada por el «Colorado», según la cual el funcionario (que defendió el revalúo inmobiliario de Macri del 2008) posee una propiedad de 300 metros cuadrados en la ciudad valuada en 53.484 pesos; dos terrenos en Pilar valuados en 5.989 pesos y otro en Cariló, de más de 1.200 metros cuadrados, valuado en 4.580 pesos.
Todas sus propiedades, sumadas, valen 26 mil pesos menos que su auto, una camioneta cuatro por cuatro Honda CRV, declarada en 96.100 pesos.
Sin embargo, y más allá de esta incongruencia, el drama de Curutchet -y por lo tanto el de su mentor, MM- comienza a desarrollarse en un terreno cenagoso para el jefe de Gobierno: el juzgado federal de Norberto Oyarbide, el mismo juez que investiga a Mauricio Macri en el caso de las escuchas ilegales y al que el jefe de Gobierno descalificó en más de una oportunidad.
Un lobbysta ahí
Atlas Copco, la multinacional sueca, integra el Olimpo de empresas de ese origen insospechadas de corrupción. El gigante escandinavo cuenta con varias sedes en todo el mundo y, a pesar de la imagen cristalina que supo ganarse, acumula también algunas denuncias en el tintero. Por ejemplo, fue investigada por el gobierno de George Bush (h) a raíz de su paso por Kuwait tras la Guerra del Golfo, y por el Estado mexicano, en conexión con una causa por lavado de dinero. En 2009 Atlas Copco obtuvo ganancias globales por casi 7.000 millones de euros. Para lograr ese rendimiento fue clave la política de ajuste llevada a cabo, sobre todo, en América Latina. Decenas de venezolanos, chilenos, brasileños y bolivianos perdieron su trabajo entre 2007 y 2009. También argentinos, como el ingeniero Daniel Atilio Yoan, que trabajó 17 años para la firma y a quien no le reconocieron los montos indemnizatorios debidos. Atlas Copco prefirió acudir a la Justicia, pero tomando un atajo, como se verá.
Yoan hoy es acreedor a una indemnización de 6 millones de pesos, depositada legalmente en el Banco Ciudad, aunque no la puede cobrar aún por las apelaciones reiteradas que hace la empresa para la que trabajó. La demanda laboral lleva el número de expediente 3598/08. Pero antes, el ingeniero Yoan se encargó de desnudar los lazos de funcionarios de esa empresa con lo peor de la Justicia local.
En septiembre del año pasado, Yoan y su abogado se encargaron de investigar por su cuenta al grupo que en nombre de la empresa a la que representan intentaba sobornar a la Justicia laboral para frenar las demandas. Un buen día, en el Sheraton Park Tower, los ejecutivos de se reunieron con un «influyente» abogado local y tramaron un plan. Yoan y su abogado, Marcelo Domínguez, se las ingeniaron para grabar la conversación y filmar el encuentro. Según todas las pruebas aportadas al juzgado de Oyarbide (que incluyen audio y fotogramas), el hombre clave presentado para llevar a cabo el soborno sería Juan Curutchet.
La causa 7507/09, que comenzó siendo una denuncia, ahora está bajo estricto secreto de sumario.
DZ/km
Paula Mendoza Redacción Z
Es una enorme satisfacción leer que ahora son varios los colegas que se animan a publicar lo que desde El Sindical, venimos denunciando en los medios y en la justicia. Estamos con los empleados honestos del banco, acompañamos y asesoramos a los que no tienen a quien concurrir ante las injusticias que suceden en el banco. La investigación de nuestro medio aún tiene mucho por dar a la luz, vamos en el buen camino, en breve novedades sobre lo que mejor ocultan los directivos del banco, su crecimiento patrimonial inexplicable. Saludos a todos y gracias por confiar en nosotros.
Marcelo Ricardo Hawrylciw
Editor General diario El Sindical