Siguiendo con la purga, echaron al Capellán de Gendarmería en Campo de Mayo

El capellán de la Gendarmería Gerónimo Fernández Rizzo, echado de la fuerza por celebrar misa para los manifestantes que reclamaban mejoras salariales, aseguró hoy que «lo único» que hizo «fue proclamar el Evangelio», que «no es una proclama revolucionaria para derrocar a las autoridades competentes».

«No estaba haciendo ningún tipo de revuelta ni desestabilizando la democracia ni la autoridad de la Gendarmería», remarcó Fernández Rizzo, de 65 años y capellán en la delegación de la fuerza en Campo de Mayo, quien destacó que «el personal que está afuera del edificio (Centinela, del barrio porteño de Retiro) es tan gendarme como el que está adentro».

En declaraciones a radio Mitre, explicó que accedió a dar misa a los manifestantes porque «el domingo pasado, la gente que estaba reclamando un salario justo en el edificio Centinela me llama para que los asistiera espiritualmente».

«El domingo es el Día del Señor, hay que ir a misa y la gente nuestra es en su mayoría católica. Cumplí con mis obligaciones, cumplí con mi deber: a las 12 celebré la Santa Misa como Dios manda», aseveró.

Precisó que «a consecuencia de eso, recibí ayer un decreto emanado del obispado castrense de la Argentina, firmado por monseñor Pedro Candia. La misma Iglesia me sanciona, con la anuencia de la dirección de la Gendarmería. Me expulsan».

Consultado sobre si dio un sermón «levantisco», con ánimo de encender a los gendarmes que desde hace más de una semana reclaman mejoras salariarles, respondió: «Para nada. Lo único que hago es proclamar el Evangelio. El Evangelio no es una proclama revolucionaria para derrocar a las autoridades competentes, para nada».

«Tenemos que perder el miedo de decir la verdad, con todo respeto y humildad. Jesús dice ‘sólo la verdad nos hará libres'», agregó.

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