El vocero presidencial, haciendo gala de sus méritos para tener rango de ministro y cobrar como tal, se puso en modo, me hago el boludo y sin miedo al ridículo lanzó la frase, «nos preguntamos por qué levantan la voz ahora».

En la conferencia de prensa matutina, habló de la “amenaza de dirigentes universitarios sobre el posible cierre de algunas universidades” y se planteó “sincerar algunos datos”.

Reiteró que “el jueves pasado hubo diálogo y hubo acuerdo“, rechazando las expresiones del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que advirtió sobre un anuncio unilateral.

En ese sentido, señaló que se da un aumento del 70 por ciento para gastos de funcionamiento en marzo, otro igual en mayo y se dispuso una partida extraordinaria para hospitales universitarios.

“El gobierno, como todo gobierno liberal, valora la educación publica, laica y federal”, sentenció el funcionario, y recordó que “en algún momento” la educación permitió que la Argentina fuera “un faro educativo en América”.

En ese sentido, apuntó: “Lejos estamos de querer permitir que este tipo de lugares, como son las universidades públicas, sean usadas por los políticos de turno para beneficios propio”. “No lo vamos a permitir”, sentenció.

Asimismo, remarcó que “hace décadas que la universidad funciona con severos problemas, las facultades están en malas condiciones edilicias, los profesores no cobran por su trabajo, hay matrículas con contenidos que no se actualizan hace 30 años y los índices de terminalidad educativa vienen cayendo a pedazos”.

Indicó, en ese sentido, que seis de cada 10 estudiantes abandonan en primer año y tres de cada 10 terminan los estudios. Y planteó que de “los sectores vulnerables son pocos los que logran acceder a la educación universitaria”.

Es por esto que sostuvo: “Nos seguimos preguntando por qué levantan la voz ahora y no el año pasado cuando la inflación fue del 211% y han sufrido tamaño ajuste real en sus partidas”.

Parece que Adorni que se dice periodista, no se enteró que su gobierno devaluó lo que llevó a una inflación en pocos meses de más del 300%, que ningún gobierno salvo la impresentable de María Eugenia Vidal se manifestó abiertamente a que las universidades no sean para los de clase baja.

Sin dudas Manuel Adorni está escribiendo su historia negra en un futuro no tan lejano, como un empleado dispuesto a mentir y jugar al prepotente o el bobo cuando le conviene.