Miles de Católicos porteños participaron del Vía Crucis

Más de 30 mil fieles  participaron esta noche del tradicional Vía Crucis del Viernes Santo por las calles porteñas, donde recordaron la crucifixión de Jesucristo en una peregrinación que unió la Plaza del Congreso con la Catedral metropolitana.

El obispo auxiliar de Buenos Aires, Eduardo García, vicario Pastoral de la Arquidiócesis local, abrió la ceremonia pasadas las 20:30 y comparó el dolor de Cristo con el sufrimiento de los indigentes en la Ciudad.

Más tarde comenzó una representación de la última cena, a cargo de feligreses de distintas parroquias, entre ellas la de Nuestra Señora de Balvanera, y luego los fieles iniciaron su marcha por la Avenida de Mayo hacia la Catedral, el principal templo católico del país.

Para encabezar la procesión se utilizó un Nazareno tallado de tamaño natural, donado por futbolistas y traído desde España, después de que el obispo García asegurara que «el dolor de Cristo está en las calles de Buenos Aires».

Ante los feligreses, el obispo auxiliar de la Ciudad comparó el dolor de Jesucristo en la cruz con «el sufrimiento de los indigentes, de los que viven en las calles, de los sin techo que no tienen donde comer».

También mencionó a «las niñas que son obligadas a prostituirse en las estaciones de trenes y de subtes» y a «los niños que hacen piruetas entre los autos en las calles de la Ciudad hasta altas horas de la noche».

García llamó a vivir este Vía Crucis por todos ellos, en una ceremonia en la que también se habló de la cruz y del sufrimiento de Cristo, que «le da sentido a la vida de la gente».

La representación de la última cena estuvo a cargo del párroco Francisco Baigorria, de la iglesia de San Ignacio de Loyola, y luego los fieles comenzaron a portar la cruz hacia la Catedral metropolitana, frente a la Plaza de Mayo.

El Sábado Santo no habrá ningún oficio ni culto público: la celebración se realizar por la noche, por lo que se la llama «Vigilia Pascual».

A partir de ese momento, los cristianos vivirán la alegría de la Resurrección de Cristo, que se prolongar a lo largo de cincuenta días.

En la Vigilia Pascual, que en Buenos Aires presidir el cardenal primado Jorge Bergoglio a las 22:00 en la Catedral, la Iglesia católica celebra una liturgia muy especial.

Se trata de una celebración solemne que comienza con la Iglesia a oscuras mientras en el atrio, fuera del templo, se enciende un gran fuego que es bendecido.

En ese fuego se encender n las velas, que representan la «Luz de Cristo Resucitado» y luego de que todos los fieles han encendido sus cirios se ilumina la Iglesia porque «Cristo ha resucitado» y se entona un himno.

La Liturgia de la Palabra consiste en la lectura de siete relatos del Antiguo Testamento alusivos al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos y oraciones.

Tras estos sigue la Vigilia con la entonación del Gloria que no se había cantado desde que empezó la Cuaresma, junto con repique de campanas.

En la Iglesia Católica Ortodoxa la vigilia también comienza también fuera del templo con las luces apagadas entonando la comunidad himnos.

Fuente: NA

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