Yo-En, comercio trucho, sucio y caro en Gerli

Ya nada sorprende a los vecinos de Gerli en cuanto a la falta de controles municipales de los comercios de la zona, cualquiera abre un negocio, no factura lo que es un delito penal tributario y lo atiende como se le canta.

El control de los comercios depende del subsecretario Marcelo Rey quien a demostrado solo tener capacidad para las mentiras en actos políticos, no así en el trabajo, a metros de la base de la Policía Local de Gerli donde hacen base los Cuidadores Ciudadanos, los comercios funcionan en infracción y cometiendo delitos hace años.

El «almacén Yo-En» funcionaba en un local sobre la calle Heredia junto a la fábrica de pastas La Buena de Dios. dueños del local que abandonó la señora Yolanda y que mudó a la calle Heredia 1508, esquina Elizalde, a solo unos metros de donde alquilaba para transformar el garage en un comercio, violando todas las normativas de higiene para un almacén y violando la Ley.

Lo que adquiere relevancia es que el nombre YO-EN, hace referencia a Yolanda y su hijo Enrique Pinti, un muchacho con algunos «problemitas» de ubicación social y política, un día es de extrema derecha y se vende como experto en inteligencia y comando militar, otro día se viste de gaucho y se va al Congreso de la Nación a apoyar el campo, otro día es amigo de Mauricio Macri, luego custodio y asesor de Daniel Scioli, ahora colaborador de Sergio Berni y se proclama en las redes sociales amigo personal del Fiscal General Guillermo Castro y su esposa la Jueza de Cámara Mariela Bonafini, con tantos amigos influyentes alguno debería avisarle a Enrique que los compromete y mucho, porque los expone como cómplices de sus infracciones y delitos, estimo que ninguno de los amigos de Pini avala la evasión tributaria, la falta de condiciones de higiene de un comercio que vende productos alimenticios, que pueden causar daños en la salud.

Llama la atención que de su muro Enrique borró las fotos con su otro amigo judicial el ex juez Carzoglio.

Enrique Pini nos demuestra que cualquiera, hasta un 4 de copas que es un cobarde, un monigote, con solo postear fotos y mensajes obtiene una especie de protección, siempre viene bien en el mundo político un mercenario que se venda al mejor postor, que no tenga muchas luces para cuestionar lo que se le pide, basta con leer sus publicaciones para notar que la ortografía no es lo suyo.

En lo personal hay cosas peores de este personaje que lo hacen repudiable, su interés en buscar menores de edad en boliches para invitarles tragos o luego subir fotos de ellas en las redes para alardear de sus «amigas», obvio antes de la pandemia, ahora es voluntario para testeos, porque tiene esas cosas, es una especie de Droopy, donde lo dejan está.

Así estamos, mientras a otros se los controla, sanciona, ponen trabas para habilitar un comercio, a otros los dejan que hagan lo que quieran, Avellaneda más impune que nunca.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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