En octubre, el Ministerio de Energía liberó los precios de los combustibles y desactivó cualquier acuerdo interno entre el Estado y las empresas. Este mes hubo cambios en el valor de los biocombustibles, subió la cotización del petróleo crudo internacional y se depreció el peso frente al dólar; por ende, sería inminente que vuelva a incrementarse entre un 6 y un 10% el precio en las estaciones de servicio.
El último ajuste fue el lunes 23 de octubre, un día después de la cita electoral, cuando se confirmó el aumento de entre el 9,5% y el 10% en el precio de venta. Luego de ese aumento, el litro de nafta súper en YPF, el más bajo del mercado, llegó a $21,71 en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, mientras que la premium ascendió a $24,99.
Fue el tercer incremento del año, luego de los de enero (8%) y de julio (7,2% para las naftas y 6% para el gasoil), cuando regía el acuerdo con las empresas.
El cuarto será para mantener la paridad con los precios internacionales. Casi tres semanas atrás, YPF aplicó una baja en el precio de sus naftas súper y premium de un 1,5%, a raíz de la decisión del gobierno de reducir el costo de los biocombustibles.
Pero esa medida se modificó por orden de la cartera de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, ante el reclamo presentado por las provincias azucareras y de empresas del sector por costos que no fueron contemplados. Revertir esa reducción podría provocar que vuelva a aumentar aquello que habían disminuido.
Al borde de una nueva alza que entraría en vigencia entre mañana y el viernes, la nafta súper ya subió hasta ahora un promedio de 18%, mientras que la premium escaló un 20% en el mismo período. El gasoil también avanzó entre el 12% y el 13%.