En las grabaciones se puede ver como cuatro jóvenes son perseguidos y atacados con misiles.

Un dron del Ejército israelí atacó y mató a cuatro civiles palestinos con misiles en el área de Al-Sekka, en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, según mostró e informó el canal Al Jazeera en un video transmitido esta semana.

Según explicó dicho medio, las escenas fueron capturadas desde un dron israelí en el mes de febrero, mostrando la persecución de los cuatro jóvenes palestinos y su ataque con varios misiles. Dos de ellos murieron con proyectil, mientras que el tercero y el cuarto murieron con otros dos.

Las imágenes muestran a los jóvenes buscando sus casas -o lo que queda de ellas- entre los escombros en una calle despejada por los vehículos del Ejército antes de retirarse de la zona.

Además, se ve claramente que los cuatro civiles asesinados no portaban armas y no representaban ninguna amenaza. Después de que dos jóvenes murieran en el primer golpe, se observa a un tercero alejándose del lugar del objetivo, pero el dron lo sigue y lo bombardea.

Ante los estremecedores sucesos, la Oficina de Medios de Gaza consideró la muerte de los cuatro civiles como evidencia de una «profunda crisis dentro de la ocupación israelí».

«Condenamos enérgicamente este crimen en el que el ejército de ocupación bombardeó a 4 jóvenes civiles con drones, matándolos vengativamente y convirtiéndolos en restos dispersos, lo que indica la magnitud de la profunda crisis que atraviesa esta ocupación al matar de esta manera monstruosa», expresó el organismo.

Y añadió: «La administración estadounidense, la comunidad internacional y la ocupación israelí tienen plena responsabilidad por la continuación de estos crímenes contra civiles palestinos por sexto mes consecutivo (de la guerra)».

Además, responsabilizó a «los países que suministran a la ocupación diversas armas por los crímenes de asesinato contra civiles, niños y mujeres».

En más de 160 días, la guerra empujó al 85% de la población de Gaza al desplazamiento interno, en medio de un bloqueo paralizante de la mayoría de los alimentos, agua potable y medicinas, mientras que el 60% de la infraestructura del enclave fue dañada o destruida, según la ONU.