Primero se calzó el casco. Se puso la ametralladora al hombro. Tiró una puerta abajo. Y se subió al tanque. Victoria Villarruel volvió a buscar el centro de la escena política desde un lugar que le gusta: la guarnición militar de Campo de Mayo, que fue noticia en las últimas semanas porque Javier Milei quiere lotearla y vender una porción. Lilia Lemoine, que funge como vocera extraoficial de los hermanos Milei, le salió al cruce. A una seguidora “villarruelina” que amenazó con ir a buscarla, le preguntó si se la iban a llevar en Falcon verde –emblema de la dictadura con la que simpatiza la vicepresidenta.
Villarruel estuvo este sábado en el Encuentro de Defensa y Seguridad 2024, que organiza la compañía Bersa. Estaba tan contenta que le dedicó algún que otro tuit elogioso a la empresa de armas que tiene convenios históricos con el Ejército argentino –fuerza a la que pertenecían el padre y el tío de la vicepresidenta.
“Bersa es un ejemplo de industria nacional competitiva y recursos humanos de excelencia, eso somos los argentinos. Creemos en nosotros mismos, el Estado argentino acompañando al sector privado que crea riqueza y puestos de trabajo para nuestras familias, éste es el camino a la prosperidad. Sigamos juntos (en) esta línea”, posteó en su cuenta de X.
El tuit de Villarruel no era solo un poco de propaganda para una empresa de armas, sino también un tiro por elevación para Milei, que denosta al Estado y quiere ser el topo que lo destruya por dentro.
Lemoine entendió rápido por dónde venía la mano. Aprovechó un posteo de Villarruel en el que compartió una foto en un Mcdonald’s después de decir que, tras su paso por Campo de Mayo, había parado para comprarse un combo. “Perdió a todos los asesores y se nota. La empresa que contrató es peor que la de (Horacio Rodríguez) Larreta”, la fustigó.
El domingo con motivo del Día de la Tradición volvió a mostrarse participando de actividades militares, en el Festival de Bandas Militares en el Campo Argentino de Polo.