La Policía allanó dos viviendas donde se sospecha que se reclutaban adolescentes para luego obligarlas a ejercer la prostitución. En total son 11 las menores rescatadas. La Justicia investiga qué hacían en esos sitios. Aún buscan a una adolescente.
La investigación que derivó en el allanamiento de dos viviendas en Tafí Viejo comenzó con la búsqueda de una adolescente que todavía no fue encontrada. La menor tiene 15 años y sus padres la vieron por última vez el 27 de enero. Preocupados, hicieron la denuncia en la comisaría de esa ciudad. Aunque todavía no tienen novedades acerca de dónde podría estar. La causa es investigada por Fiscalía VIII, a cargo de Adriana Giannoni, quien decidió dictar el secreto de sumario para preservar a los menores involucrados.
En los procedimientos realizados por la Policía se rescataron a 11 menores de edad. «Todavía no podemos decir que este caso se encuadra dentro de un crimen de trata de personas. En este momento lo más importante es garantizar la integridad de las víctimas y esperar a que estén en condiciones de contar cuáles eran los motivos por los que estaban en los lugares donde fueron encontrados», señaló Germán Díaz, abogado de la Fundación María de los Ángeles, que colabora con la Justicia en este caso.
Los allanamientos
Según el informe oficial, el primer allanamiento se efectuó el sábado a las 0.10 en Muñecas primera cuadra, en Tafí Viejo. La Policía tenía una orden de detención contra un hombre de 55 años que vive en ese lugar y que estaría vinculado con la desaparición de la adolescente que se está buscando. Pero, cuando los policías entraron al domicilio, descubrieron que había otras tres mujeres menores de edad que cuando fueron identificadas se comprobó que rondaban entre los 15 y 16 años. Al no encontrar al sospechoso, los uniformados esperaron dentro de la vivienda.
Cuando habían pasado apenas 10 minutos, el hombre que era buscado llegó a su casa con otras dos menores, una adolescente de 14 años, y una niña de 11. En ese momento, la Policía lo detuvo. Luego se secuestró una cámara de fotos digital, una computadora y otros artefactos tecnológicos muy importantes para la pesquisa.
Ayer a la madrugada, siempre de acuerdo con el informe policial, en Cochabamba al 600, también en Tafí Viejo, los investigadores efectuaron el segundo allanamiento, donde encontraron a otras cinco mujeres y un varón, todos ellos menores de edad. Además, junto con los adolescentes estaban dos mujeres una de 19 y otra de 21 años que también estarían involucradas con el único detenido que, hasta el momento, tiene la causa.
Si bien todavía no se comprobó qué era lo que hacían los menores en estos lugares, vecinos de la calle Cochabamba dijeron que, en esa casa funcionaba un almacén que hacía de «cartel» para encubrir la prostitución de menores. «En esa casa vive un hombre de unos 35 años que tiene varias mujeres y siempre trae a muchas adolescentes. Por lo que vimos y por lo que se cuenta en el barrio, hay personas que vienen a buscarlas y se llevan a esas chicas para tener sexo con ellas», coincidieron los vecinos consultados por LA GACETA. Al pedirles sus nombres prefirieron no decirlos por temor a represalias. «Todos saben que esa familia siempre se dedicó a este tipo de cosas. La Policía vino varias veces pero ellos nunca dejaron de hacer su ’negocio’. En ese lugar, casi todas las noches había música y se juntaban grupos de personas, especialmente varones», afirmaron los vecinos.
Por otra parte, la madre de la joven que permanece desaparecida dijo que su hija fue engañada por este hombre. «Ella era compañera de la escuela de una de sus hijas. Así comenzó a frecuentar esa casa. Luego él la comenzó a seducir hasta que finalmente consiguió que mi hija se fuera de la casa», afirmó la mujer. «Cuando ella se relacionó con este hombre comenzó a fumar cigarrillos y un día la encontré con un fuerte olor a alcohol», agregó la mujer. El nombre de los menores y la madre de la joven desaparecida se preservan por motivos legales. La Policía informó que continúa recolectando pistas que los lleve hacia la menor.
Fuente:La Gaceta
