El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, acusó a la empresa Kraft Foods de «tomarse una revancha» contra los trabajadores, a los que acusa de «haber roto» instalaciones de la firma y «no permitir la salida de directivos del establecimiento».
También sostuvo que el de la ex Terrabusi es un conflicto «que excede a los despidos» habiéndose transformado en un problema «político».
En cuanto a la intervención de la cartera laboral, señaló que busca «defender los puestos de trabajo» de los empleados despedidos.
Se trata de «un conflicto donde la empresa toma la decisión de tomarse una revancha con trabajadores a los que acusa de haber roto y no permitir la salida de directivos del establecimiento», señaló el ministro de Trabajo en declaraciones a un matutino porteño.
En igual sentido, afirmó que «este es un conflicto de otro orden» y que «tiene aristas complejas, que excede a los despidos.
Es un conflicto político».
«No es un conflicto laboral como en los que nosotros intervenimos para defender los puestos de trabajo», enfatizó Tomada.
