Luego de realizar una movilización por la avenida Eva Perón -ex Pasco- allegados del joven de 19 años que fue agredido en el interior del boliche Nexo apedrearon y prendieron fuego la fachada del local bailable en repudio de la golpiza. «Vinimos porque acá nadie hace nada. Los patovicas son capaces de matar a nuestros hijos», denunció la madre de un joven que asiste al lugar. Los casos de violencia por parte del personal de seguridad de los boliches no son nuevos: en diciembre de 2006 Martín Castellucci falleció en un episodio violento similar en Lanús.
Allegados de Jonathan Veira Olivares, el joven de 19 años que el fin de semana fue agredido por un patovica en el interior del boliche Nexo de Temperley, apedrearon e incendiaron ayer por la noche la fachada del local bailable en repudio del hecho. La furia de amigos y vecinos del chico herido, que permanece internado en el Hospital Oñativia, de Rafael Calzada, los hizo permanecer por varias horas frente a la puerta de la discoteca, que prácticamente quedó destruida.
“Vinimos porque acá nadie hace nada. Los patovicas son capaces de matar a nuestros hijos y ningún funcionario se hace cargo. A este chico lo podrían haber matado”, denunció ante Info Región Patricia, que indignada arrojaba piedras y cualquier elemento que se le cruzara en el camino contra la estructura del boliche.
La movilización comenzó cerca de las 18 con un reclamo preciso: justicia para esclarecer el hecho y seguridad para los jóvenes que asisten a este tipo de establecimientos. Lo cierto es que una hora después los manifestantes llegaron a las puertas del local, ubicado sobre la avenida Eva Perón –ex Pasco- al 3.300 y comenzaron los incidentes.
Personal policial se acercó al lugar de inmediato y, minutos después, hizo lo propio el Cuerpo de bomberos, que logró apagar el fuego y la furia de los vecinos.
A su vez, la avenida permaneció bloqueada al tránsito ya que la concentración incluyó la quema de gomas en la vía rápida.
“Esto no es justo, pero como nadie hace nada para que esto no ocurra decidimos salir a manifestar nuestro descontento. Nos van a matar a todos nuestros pibes”, vociferó Carlos, padre de un joven que suele asistir al boliche.
Los casos de violencia por parte del personal de seguridad de los locales bailables no es nuevo. Basta recordar el caso de Martín Castellucci, el joven que el 6 de diciembre de 2006 fue atacado por un patovica en la puerta del boliche La Casona, de Lanús, luego de reclamarle por un caso de discriminación por el que se le impidió la entrada al boliche a uno de sus amigos.
A través de la ley 26.370, de mayo de 2008, se conocieron las reglas de habilitación de la actividad de los trabajadores de control de admisión y permanencia de los locales bailables, más conocidos como «patovicas». Sin embargo, a poco de cumplirse dos años de su sanción, la ley parece no ser suficiente.
La normativa creó un registro único de trabajadores y estableció tres categorías para ellos: controlador, controlador especializado y técnico en control de admisión y permanencia. Propicia «un trato igualitario a las personas en las mismas condiciones, en forma respetuosa y amable; cumplir el servicio respetando la dignidad de las personas y protegiendo su integridad física y moral». Y los obliga a hacer un curso que incluya derechos humanos, nociones de derecho constitucional y penal, nociones de adicciones, comunicación no violenta y primeros auxilios.