Se roban más de 5.000 teléfonos celulares por día

La explosión de ventas viene acompañada del flagelo de una verdadera industria paralela, abastecida por gente que compra aparatos de dudoso origen. La mayoría de las víctimas son jóvenes, que sufren arrebatos violentos.

Liliana salió de comprar el martes de un negocio de ropa en San Justo, subió a un colectivo y mandó un mensaje de texto a su marido. Guardó el teléfono celular, pero cuando llegó a destino se dio cuenta que al equipo se lo habían robado tras un preciso corte en la cartera.

Se trata de apenas un caso entre los más de 5.000 que ocurren diariamente en el país, con teléfonos robados bajo distintas modalidades. El segmento de usuarios que más padece estos hechos son los jóvenes, que se enfrentan a los arrebatos con violencia en las calles.

Los datos pertenecen a un estudio sobre la problemática elaborado por la consultora Carrier y Asociados, en base a información estadística de los primeros seis meses de 2012, en que se registraron 1.000.000 de denuncias por robos de teléfonos celulares, cifra que mantiene inmodificable la situación del año último, con alrededor de 2 millones de robos, o unos 166.000 por mes.

“El panorama del primer semestre del presente año se presenta de manera similar a la primera mitad de 2011, también lo relacionado al tipo de usuario que más sufre los robos, que son los jóvenes en un 35% aproximadamente”, comentó el titular de la consultora, Enrique Carrier.

Aunque parezca sorprendente la cantidad de 5.000 teléfonos robados por día, basta mencionar el número de líneas activas en el país. De acuerdo a información proporcionada por la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina (CICOMRA), en base a relevamientos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), son 57.850.200 los equipos que efectivamente están en circulación, funcionando. También son impresionantes los números de equipos vendidos: sólo el año pasado fueron 14 millones, y de ese total el 25% fueron “smartphones”, es decir aparatos con conexión a internet.

Este último dato no es menor, porque los teléfonos “inteligentes” están copando el mercado, y son el objeto del deseo de aquellos que salen a robar estos equipos. A partir de la explosión del negocio de los celulares, y su cara oscura con el robo de los equipos, en la provincia de Buenos Aires se implementó un servicio de denuncia rápida, que vincula al Ministerio de Seguridad con las tres empresas más importantes. “Perder tu celular es mucho más que eso. Si te roban o perdés el celular, dalo de baja automáticamente llamando gratis al *910. Así, vos tenés un problema menos y entre todos ayudamos a prevenir el robo de equipos celulares”, indica la publicidad del sistema, que funciona con la intención de bloquear la venta posterior de los equipos.

El problema es que las bandas que se dedican a poner en funcionamiento los aparatos robados cuentan con software (programas de computación) de última generación, en verdaderos laboratorios donde los teléfonos llegan para ser “operados”, como se denomina en la jerga.

Se calcula que por un “smartphone”, el delincuente que lo robó puede recibir unos 100 pesos. Cuando retorna a la calle, ya con otro chip y en perfecto funcionamiento, tiene un costo que no supera la mitad del equipo comprado legalmente. Y aquí parece estar el verdadero problema: la gente compra robado, aún sospechando que ese equipo puede estar manchado con sangre, alimentando la industria ilegal que en algún momento puede convertirlo en víctima.

Fuente:Diario Popular

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