Fue en la delegación Córdoba de la Policía Federal tras la orden del juez Ercolini, quien también solicitó el arresto de Manuel Vázquez, su testaferro.
Ricardo Jaime, el ex funcionario kirchnerista que cuenta con tres condenas en su contra, se presentó hoy en una sede de la Policía Federal del barrio Nueva Córdoba para notificarse de la orden de arresto emanada por el juez federal Julián Ercolini.
Jaime llegó en taxi a la comisaría ubicada en la calle Hipólito Yrigoyen del barrio Nueva Córdoba, en la capital de esa provincia.
El juez federal Julián Ercolini había ordenado la detención de Jaime para que sea trasladado a los Tribunales de Comodoro Py, a fin de ser indagado en una causa en la que se investiga la compra millonaria de material rodante a España y Portugal durante los primeros años del kirchnerismo.
El ex funcionario está investigado por el delito de malversación de caudales púbicos, cuya pena, estipulada en el artículo 261 del Código Penal, establece: «Será reprimido con reclusión o prisión de 2 a 10 años e inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos, cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo. Será reprimido con la misma pena el funcionario que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por una administración pública».
El juez también ordenó la detención de Manuel Vázquez, condenado por ser «testaferro» de Jaime, y quien cobró con una sociedad que tenía una oficina en Buenos Aires y otra en Madrid, algo más de dos millones de euros en «comisiones» por la compra de material rodante en España.
Vázquez también tiene condenas anteriores: una por dádivas en la que compartió causa con Jaime y otra por estafa. Y es por eso, sumado a las particularidades de la causa, que el juez pidió su detención.
En el expediente por el que Ercolini ordenó que la Gendarmería detenga a Jaime y a Vázquez (a uno en Córdoba y al otro en la Provincia de Buenos Aires) se investiga la compra millonaria de trenes europeos. Buena parte de lo comprado era inservible, se pagaron sobreprecios y además hubo retornos que pagó el Estado argentino como recargo del precio estipulado. Y que cobraron Jaime/Vázquez.