Retiro:Por ola de robos hubo cambios en la seguridad

Estación-Retiro-seguridadUna serie de asaltos a boleterías, robos a pasajeros y empleados del lugar, y disturbios generados por unas 300 personas que vivían en la estación, llevaron a Gendarmería a modificar su esquema de vigilancia, la cuestión es una vergüenza para la fuerza de seguridad ya que su sede se encuentra a solo metros de la terminal.

La Gendarmería y TEBA, la empresa concesionaria del lugar de la terminal de Retiro, comenzaron a emplear nuevas medidas de seguridad para contrarrestar la oleada de asaltos, arrebatos y disturbios que registraron en las últimas semanas. Entre varias cosas, decidieron cerrar por las noches seis de las ocho entradas habilitadas y sólo permiten ingresar personas con su pasaje en mano.

Una serie de asaltos a las boleterías -que fueron denunciados por las empresas de transporte-, robos a pasajeros y empleados del lugar, y disturbios generados por cerca de 300 personas que vivían en la estación fueron el disparador para que las autoridades decidieran modificar el esquema de patrullaje.

«La situación se fue de las manos. Era muchísima gente la que entraba a dormir en la estación, y empezó a aumentar la cantidad de robos a comercios. Por eso, hace unos días se dio la orden de dejar entrar sólo a pasajeros. El primer día que empezamos a sacar a las personas se amotinaron, hicieron un piquete y quemaron colchones dentro de la estación», dijo a La Nación un gendarme que cuida la terminal por las noches.
Por la terminal de ómnibus de Retiro, que tiene una extensión de más de 117.000 metros cuadrados, transitan unas 70.000 personas por día. Se estima que de los 54 millones de pasajeros que transitan por año en las terminales del país, la mitad lo hacen por la estación porteña.
Otro de los temas que generan preocupación es que hasta ahora ni personas ni equipajes son revisados. Solamente se revisan las encomiendas. Incluso cualquiera puede ingresar a los andenes sin ningún tipo de control. «Las empresas de ómnibus nunca autorizaron poner los escáneres para controlar a los pasajeros porque quedaría al descubierto la cantidad de pasajeros que viajan y se les reducirían los subsidios», dijeron al matutino desde la empresa TEBA.
«Los robos importantes son arriba del micro. Al no controlar los documentos, cualquier delincuente sube y a los cincuenta kilómetros desvalija el colectivo. La mayoría de estos hechos no se denuncia porque juega en contra del marketing de las empresas», denunciaron.

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