Por cadena nacional, Cristina denunció «intentos de destitución evidentes»

La presidenta acusó a los jueces de «abuso de poder» y dijo que no va a permitir que «un juez defaultee la deuda». Acusó a la oposición de ser un «rejunte» y les pidió que expliquen cómo piensan pagar la deuda. «Lo de ayer contra Marcó del Pont fue un acto de venganza de la más baja estofa», afirmó.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se subió al centro del ring y redobló la apuesta de confrontación frente a las últimas noticias de la política. Dijo que hay «intentos evidentes de destitución», desafió a la Justicia y al Congreso, anunció que seguirá adelante con los pagos de la deuda y cuestionó a la oposición que, dijo, es «un rejunte».

Fue la respuesta, desde el atril y por cadena nacional, a la toma del control en Parlamento por parte de la oposición, el nuevo fallo judicial contra el pago de deuda con reservas, y el rechazo al pliego de la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont.

«Estamos ante intentos de destitución evidentes por parte de algunos sectores», advirtió la Presidente. «Cómo puede ser, si no, la destitución en menos de media hora de una académica del valor de Mercedes Marcó del Pont», afirmó.

No es la primera vez que se habla de «destitución» desde la cima del poder. Ya durante la crisis del campo, en 2007, se había instalado la idea del supuesto «clima destituyente».

Cristina afirmó también que «estoy dispuesta a enfrentar la condena de cualquier juez circunstancial de la Argentina, pero no estoy dispuesta a enfrentar la condena de la historia de condenar a la Argentina otra vez más al endeudamiento, al default». Un mensaje a la Justicia.

«Vamos a pagar, vamos a hacer honor a las deudas que otros contrajeron y recurren a jueces que perecen alquilados», sostuvo, antes de afirmar que «la jueza (Claudia Rodríguez Vidal, que frenó nuevamente el uso de reservas) es la pareja del juez Ernesto Marinelli», el mismo que falló contra el Gobierno en las causas de Martín Redrado y el uso de las reservas.

«Y después hablan de matrimonio presidencial… ¡Por Dios!» concluyó.

Aseguró que los acreedores de deuda argentina «van a cobrar» y enfatizó: «no voy a permitir que un juez defaultee las deudas».

La Presidenta recordó que otros gobiernos, por un decreto simple resolvieron operaciones que endeudaron al país, como el megacanje y la pesificación asimétrica, «las deudas que esta presidenta quiere pagar y va a pagar con las reservas del Banco Central».

Por otra parte, calificó el rechazo de la oposición en el Senado al pliego que designó a Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central como «una venganza de la más baja estofa que recuerdo haber visto en el Parlamento argentino». Y pidió a los opositores «bajar el nivel de irracionalidad» porque «las instituciones no pueden tomar un acto de venganza».

Además, calificó a los senadores de la oposición de «rejunte político que quiere obstruir para que no funcionen las instituciones», y opinó que «esta nueva mayoría» parlamentaria es «muy sui géneris». Consideró que en la nueva conformación parlamentaria que la oposición le sacó la mayoría al oficialismo, «están los viejos rezagos del socialismo de Santa Fe, junto a quien gobernó durante diez años en la década del ’90 (en referencia a Carlos Menem), y quien declaró el default (Adolfo Rodríguez Saá)».

Cristina desafió a la oposición a presentarse «el año que viene en las internas abiertas y democráticas», y «que sea el pueblo el que decida», al tiempo que reclamó a los opositores que presenten «un proyecto de ley» para definir cómo se paga la deuda pública. «Juro aquí adelante de todos que si me explican que de la forma en que ellos proponen le vamos a seguir pagando a los jubilados, las asignaciones o el plan de infraestructura, voy a votar por esa forma», afirmó.

El discurso presidencial se transmitió en cadena nacional desde la Casa Rosada, en el acto de presentación de obras sobre el Río Salado junto al gobernador bonaerense Daniel Scioli y al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, entre otros funcionarios. El Salón de las Mujeres estaba repleto y los presentes cantaron largamente la «marchita» peronista antes de que comience la alocución.

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