Un grupo de ciudadanos de la comunidad boliviana intento esta tarde hacer un velatorio en la Plaza de Mayo, en repudio de lo que denuncian como un caso de «gatillo fácil» contra un albañil miembro de la comunidad, al que la policía confundió con un narcotraficante, cuando fueron increpados violentamente por miembros del grupo de «Abuelas de Plaza de Mayo» que conduce Hebe de Bonafini.
La actitud violenta contra el grupo de bolivianos aumento cuado la polémica Hebe ordenó «bolivianos de mierda, váyanse de la plaza». Entones un grupo que acompaña a Raúl Castells, intentó junto con el líder piquetero mediar, pero esto generó más tensión al producirse cruces de palabras, empujones y algunos golpes entre Castells y el abogado ex-convicto (condenado por asesinar a sus padres) Sergio Schoklender.
Castells, acusó de nazis a los seguidores de Hebe de Bonafini, por las amenazas a los miembros de la comunidad boliviana y sus insultos discriminatorios. Los hechos fueron volviendo a la normalidad luego de la intervención de la Policía Federal Argentina y el retiro de los miembros de la comunidad boliviana.
No es la primera vez que miembros de las Abuelas de Plaza de Mayo tienen enfrentamientos con otros grupos por el espacio de la Plaza de Mayo, el ejemplo más cercano, fue cuando trabajadores despedidos del Casino Buenos Aires, acamparon en la Plaza y fueron intimados varias veces por considerar que entorpecían las actividades de las Abuelas de los días jueves.
Esta actitud de creer que la plaza les pertenece o no respetar los derechos y el dolor de otros, hace que los discursos de respetar los derechos humanos, suenen hipócritas, nadie es dueño de la plaza, y nadie puede determinar que dolor duele más.
