“Nunca viví una situación extrema como la que estoy viviendo” Grave denuncia al intendente Ferraresi

Alicia-SiriAlicia es portadora de HIV, y por una medida arbitraria del intendente de Avellaneda, corre peligro de no poder acceder a parte de su medicación diaria, empujándola a un irreversible «deterioro de su salud». Siente que es “discriminada”, y que obra sobre ella y otros «compañeros municipales una persecución gremial por parte del Departamento Ejecutivo”. A la lucha diaria que libra dentro de su cuerpo, ahora debe afrontar un nuevo conflicto, la reducción de su salario a casi la mitad, producto de un «decreto municipal que le quitó todas las bonificaciones que conforman el sueldo», quedando sus ingresos apenas por arriba del salario mínimo vital y móvil. Asegura que está padeciendo «el peor momento de su vida» ya que «como castigo por pertenecer al gremio de los municipales, funcionarios del municipio la despojaron de la posibilidad de adquirir una vivienda social, que por su situación socioeconómica y de salud, le correspondería», afirma angustiada.
De profesión enfermera, Alicia Siri trabaja en medicina del deporte y está en la municipalidad de Avellaneda hace 35 años. Faltando poco más de un año para jubilarse, asegura que «nunca vivió una situación extrema como la que estoy viviendo».
En un diálogo íntimo, Alicia intenta mostrarse fuerte para no quebrarse y brotar en llanto, situación que no logra su compañera que presencia el momento de la entrevista. Revela con valentía que es “portadora” del HIV (Virus de la Inmunodeficiencia Humana). Afirma que desde que «el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, cortó unidireccionalmente los códigos de descuentos a la Mutual, su salud se vio deteriorada. Perdí todos los descuentos y financiación con los que accedía a la medicación complementaria a mi patología. El tratamiento específico para el HIV la voy a seguir teniendo porque viene del Ministerio de Salud de la Nación -aclara-, pero el resto de la medicación que ayudan a sostener la parte crónica, si no tengo el dinero en efectivo, no lo puedo comprar porque me veo en la situación de priorizar: pago el alquiler ó compro los remedios».
Hasta el momento su enfermedad era un secreto a voces conocido por «algunos de sus compañeros y por su empleador: la municipalidad de Avellaneda. Pero desde hace aproximadamente un año, las cosas fueron cambiando, notamos que no solo a mí, sino que a muchos compañeros se los está acosando de un modo u otro. El motivo, uno solo: castigar sistemáticamente a todos aquellos trabajadores vinculados al Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda (STMA) y a su respectiva Mutual (MUTRAMA)».
Al embate de Jefe Comunal contra la Mutual que perjudicó las finanzas de Alicia y de cientos de afiliados, ahora debe afrontar un nuevo conflicto, ya que desde el 1 de mayo de este año, a través de un «decreto municipal, el intendente me quitó todas las bonificaciones que conforman el sueldo, al punto de reducirlo a la mitad, con el cual tengo que pagar un alquiler de 3.500 pesos, más las expensas, y todo lo que tienen que ver con mantener mi casa, dado a que soy jefa de hogar», explicó preocupada Alicia al tiempo que esbozó: «Todavía no me doy cuenta cómo va a repercutir, porque recién hace quince días cobré mi sueldo con este recorte. Pero todo esto me llevo a un desequilibrio físico y mental, esto me desestabiliza porque no sé cómo voy a llegar a fin de mes. La reducción de la mitad del sueldo de un trabajador municipal, que por lo general es muy bajo, es mucho dinero», advirtió.
«En mayo del año que viene yo me jubilo, y de lo que cobro hoy será el resultado de lo que voy a percibir cuando me retire. Y el día de mañana, con una jubilación mínima se me va a ser imposible afrontar el alquiler, mucho más con el tema de los remedios. O sea, que el daño que me están haciendo es muy grande», reprochó Alicia que desde hace unos años se desempeña en el STMA como secretaria de la Mujer y la Familia.
El problema económico y de salud de sufre hoy Alicia es agravado por la falta de una vivienda propia. En este sentido, lamentó que «como castigo por pertenecer al gremio de los municipales, funcionarios del municipio la despojaron de la posibilidad de adquirir una vivienda social, que por su situación socioeconómica y de salud, le correspondería», explica angustiada.
«Tengo entendido que estaba en el primer listado para acceder a una vivienda, dado a que reúno las condiciones exigidas, además de la patología que padezco, pero hace un tiempo me llamaron del Departamento del Hábitat de la Municipalidad de Avellaneda para preguntarme qué obra social tengo y a qué sindicato pertenezco. Después de ese llamado, nunca más me contactaron y luego se entregaron las viviendas. No tengo ninguna duda de que fui discriminada por mi filiación al sindicato. Y yo me pongo a pensar, si yo trabajé toda mi vida, desde los 15 años, y no voy a poder jubilar dignamente, no voy a tener una vivienda, y pasan muchas cosas por la cabeza».
«Yo me considero una mujer muy fuerte» afirma Alicia, «porque la vida me hizo fuerte, pero la edad no es la misma, y ahora los golpes los siento mucho más fuertes, y siento que repercute todo en forma directa en mi salud y en mis defensas. Es duro llegar a mi edad con 60 años, casi terminando mi carrera municipal, y tener que salir a dar un testimonio así, obviamente que es muy fuerte para mí y toda mi familia. Pero no tengo otra, la Justicia tarda mucho, y yo necesito revertir esto de inmediato. Que el Intendente Ferraresi, si lo hizo sin conocer, pueda recapacitar y reparar este error, y darse cuenta que por un capricho no puede poner en riesgo una vida y el futuro de una familia. A mí me da mucha tristeza, pero bueno, yo en la vida aprendí a jugármela y esto no va a cambiar, voy a seguir luchando».
Fuente: Agencia Conurbano

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