Fue secuestrado por cuatro hombres vestidos con uniformes de policía en su casa. Apareció muerto en un descampado con 9 tiros.
Un hombre de 48 años fue acribillado de al menos nueve balazos luego de que cuatro personas con uniformes policiales se lo llevaran secuestrado de la casa de su familia, en el partido bonaerense de Merlo.
La víctima fue identificada como Jorge Rodolfo Gómez, que había cumplido una condena por comercialización de drogas y en las próximas semanas debía declarar contra agentes de una comisaría de Moreno por el secuestro de su hijo, en 2012.
«Esto fue una venganza porque mi tío los denunció. Vinieron con el uniforme, con una supuesta orden de allanamiento, lo esposaron y lo mataron»
Cuatro hombres vestidos de policías llegaron a una casa de Toay al 1100, en el barrio Pompeya, de Merlo, adonde preguntaron por Gómez al grito de «dónde está la guita» y «dónde está la falopa», informaron fuentes judiciales.
Cuando la víctima, que tenía un kiosco en esa propiedad, regresó a la vivienda, se lo llevaron en su camioneta Volkswagen Amarok y en otro vehículo.
Poco más tarde, Gómez apareció con entre ocho y nueve balazos en un descampado de Moreno, las manos atadas y una vaina calibre 9 milímetros tirada al lado de su pie izquierdo, indicaron las fuentes.
El Fiscal de Morón Mario Ferrario investiga ahora si el caso tiene que ver con una venganza de policías contra Gómez ya que debía declarar contra ellos en la causa por el secuestro, ante el inminente juicio oral en los Tribunales de Mercedes.
«A mi viejo lo mató la Policía. Ahora queremos justicia», dijo Axel, uno de los cinco hijos de la víctima. En tanto, Julián, un sobrino del hombre, agregó: «Esto fue una venganza porque mi tío los denunció. Vinieron con el uniforme, con una supuesta orden de allanamiento, lo esposaron y lo mataron».
Asimismo, el abogado Carlos Cisneros, quien representaba a Gómez en dos causas por comercialización de drogas, detalló: «Jorge me contó lo de la causa en la que varios policías habían ido presos por secuestrar al hijo. Y en una conversación que tuvimos hace unos dos meses me dijo que los policías presos le habían mandado emisarios reclamándole que no los reconociera en el juicio oral».
La camioneta Amarok blanca apareció -cerrada y sin llave- sobre la calle Martínez Melo, en Moreno. Hasta esta mañana no había detenidos por el crimen, aunque se realizaban diligencias y pericias en el vehículo de la víctima en busca de rastros.