El juez federal Ariel Lijo le concedió la libertad bajo “caución juratoria” pero le impuso una serie de reglas de conducta.
Marcelo Corazza volvió a su casa ubicada en Tigre después de que el juez federal Ariel Lijo le permita la libertad bajo «caución juratoria» en la causa por corrupción de menores y presunto abuso sexual.
De todas formas, se le impuso una serie de reglas de conducta que tendrá que respetar para no volver al penal de Ezeiza, donde estuvo detenido por más de cinco meses: presentación mensual a su juzgado, monitoreo por tobillera electrónica y la prohibición de salida del país.
Por su parte, el primer ganador de Gran Hermano fue trasladado este miércoles, cerca de las 7 de la mañana, desde la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA hasta su casa en Tigre, donde fue recibido por familiares que lo abrazaron y mostraron alegría por su liberación.
En ese sentido, las cámaras de TV pudieron captar el momento de su llegada, pero el acusado no quiso hablar sobre su situación actual. Periodistas del lugar que cubrieron el caso remarcaron que se lo vio acompañado por tres mujeres.
La liberación del productor se produjo por pedido de su abogado y tras ser revisado, los fiscales Rívolo y Colombo dictaminaron a favor al explicar que no existe peligro de fuga ni de entorpecimiento.
Ante esta medida, el juez Lijo tomó cartas en el asunto y decidió resolver la excarcelación a favor de Corazza, quien está imputado por dos hechos de corrupción de menores, exhibiciones obscenas y asociación ilícita.
A pesar de su excarcelación, se explicó que esta situación no interrumpe ni modifica la continuación de las causas en las que está implicado, que se encaminan hacia el juicio oral y público por delitos que tienen una pena en expectativa de hasta diez años de prisión.