Sus salarios están entre $ 4500 y $ 8000, muy arriba del promedio todos los sectores,  3090 pesos.

Hace pocos días, sorprendió una información originada en fuentes del propio sindicato de choferes de camiones, aunque luego su jefe, Hugo Moyano, afirmó que sólo se había tratado de una broma. Decía la versión que la entidad gremial tendría su hotel turístico cinco estrellas nada menos que en Punta del Este. Tal vez el buen humor al que el dirigente atribuyó su comentario (queda la duda de si el proyecto existió o no), fue el mismo que lo animó a decir aquella frase, en diciembre último, durante la inauguración simbólica del renovado Sanatorio Antártida: «Nosotros lo pudimos hacer porque los salarios de los camioneros son altos… Espero que no me escuche ningún empresario», lanzó, sonriente, en esa oportunidad.

¿Cuánto, en concreto, ganan quienes están al volante de los vehículos pesados, algo de lo que tanto se habla? El nivel de ingresos en este gremio se convirtió, en los últimos tiempos, en tema de preocupación para los jefes municipales por el peso del costo de los contratos de recolección de residuos, y también en la fuente del rechazo de sindicalistas de otros sectores a cualquier intento por mostrar a los camioneros como referentes de las negociaciones salariales. Un rechazo que se sustenta en la lógica de los números -después de todo, ¿por qué quienes tienen salarios más bajos deberían seguir la evolución de quienes alcanzaron mejores cifras-; en el temor que provoca el oficialismo de Moyano, y en las críticas a las políticas de subsidios, que les ofrecen a los gremios del transporte una ayuda para negociar desde una posición más conveniente.

Diferencias de ingresos

Según datos que surgen del convenio colectivo y de fuentes de la Federación Argentina de Entidades del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), un chofer de zona urbana percibe en su bolsillo, en promedio, $ 4500. Sin embargo, como muchas veces se suman horas extras (por lo general, el tránsito no permite cumplir los horarios), la cifra suele ubicarse entre los $ 5500 y $ 6000, casi el doble del salario neto promedio en blanco registrado por las empresas privadas ($ 3090), según datos oficiales del sistema jubilatorio.

Si se trata de un trabajador que sale a la ruta y circula 10.000 kilómetros mensuales, el sueldo neto se acercará a los $ 6000. Es dos veces y medio lo que se llevará al bolsillo (unos $ 2400) una enfermera de piso que comienza a trabajar en una clínica, si tiene título universitario. Algo menos aún que esos $ 2400 cobrará un obstetra o un instrumentador.

Los ingresos de los camioneros se amplían cuando se transportan sustancias peligrosas: en este caso, los montos están, según las fuentes de la actividad, entre los $ 6500 y los $ 8000, montos que superan a lo que percibe un profesional universitario con experiencia (en promedio, entre $ 4600 y $ 6000 netos) y se acercan a los ingresos de un jefe de área (entre $ 7300 y $ 9800), según estimaciones basadas en un relevamiento de la consultora Towers Watson en 150 firmas líderes. De ahí surge que, para los profesionales de menor rango, los promedios van de $ 2900 $ 3800 netos de aportes a la seguridad social.

El salario bruto de convenio de un chofer de primera categoría (camiones con carga útil de más de 7 toneladas) es de $ 2043. Pero con los adicionales, las cifras trepan. Van ejemplos que ofrece el sindicato: un chofer de corta distancia que hace horas extras, tiene una especialidad que le agrega un 15% (los índices van del 10 al 20%, según la rama), se ocupa de cargar la mercadería y tiene un año de antigüedad, percibe $ 5910 netos, lo que incluye los valores por comida y viáticos. En larga distancia, en cambio, y recorriendo 12.000 kilómetros por mes, la cifra llegaría a $ 6775.

Otros gremios

Esos números son superados en actividades como la petrolera, en la que el ingreso medio declarado llega a las cinco cifras, por lo menos en bruto. Sin embargo, están bastante por arriba de lo que perciben trabajadores de otros gremios, además de los ya citados. En muchos casos, como el de la sanidad, los empleadores advierten que arrastran dificultades que les impiden mejorar mucho los montos, algo que, sumado a las secuelas de un 2009 problemático y a las proyecciones inflacionarias, anticipa negociaciones complicadas. En el sector del comercio, un salario promedio de bolsillo suele llegar a los $ 2500. Con una parte importante que es no remunerativa (no considerada para el aporte jubilatorio), el ingreso neto de un maestranza que recién empieza ronda los $ 2100.

Algo por debajo de esa cifra se ubican los sueldos de la construcción, con un neto de unos $ 1900, aunque con una fuerte dispersión según el tamaño de la empresa. En las fábricas textiles se está cerca de esos valores, mientras que en la especialidad de fundición de la industria metalúrgica el ingreso ronda los $ 2400. Cerca de los salarios más bajos de los camioneros se ubican los de actividades como la bancaria o la industria automotriz. En estas fábricas, los operarios ganan en promedio unos $ 4200, según fuentes del mercado. Los maquinistas de trenes perciben alrededor de $ 5000. También están más cerca de los salarios pactados por Hugo los logrados por el sindicato de su hijo, Facundo Moyano, para los trabajadores de los peajes. Con estudios secundarios como requisito, un peajista percibe un salario bruto de $ 4573 cuando ingresa, y el monto sube a $ 4953 si suma 7 años de antigüedad.

«Un punto ventajoso que tiene el gremio de camioneros cuando negocia es el subsidio: los empleadores pagan las contribuciones patronales por una ventanilla y se las devuelven por otra», se quejó el asesor de un sindicato con muchos afiliados. Los empresarios del transporte, de todas formas, dicen que la devolución llega con retraso y que, al fin y al cabo, el fondo del que salen los recursos se alimenta con un impuesto al gasoil. Lo cierto es que, según datos oficiales, entre julio de 2003 y diciembre pasado, el fondo en cuestión asignó entre las empresas $ 1900 millones.

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