Desde la oposición aseguran que utilizó de manera «abusiva» ese recurso; la mayoría de las leyes censuradas habían sido votadas por los propios legisladores del Pro; cuáles fueron los frenos que puso el gobierno porteño.
El pasado viernes Mauricio Macri vetó la ley que dispone la colocación de semáforos para ciegos y generó el repudio de los legisladores porteños. Es que este no es el primer freno que le pone a la Legislatura. En su primera gestión y en los escasos días que lleva la segunda, el jefe de gobierno vetó otras 84 iniciativas, que, en muchos casos, habían sido votadas incluso por el Pro.
La renovación de su mandato llegó con varias publicaciones de este tipo en el Boletín Oficial porteño. En el último mes, desde el Ejecutivo anularon la norma que prorrogaba la protección a empresas recuperadas tras la crisis del 2001. La ley había sido votada en la sesión del 24 de noviembre pasado junto con un proyecto para un centro cultural en Devoto y la creación de un régimen de subsidios a músicos. Esos dos proyectos también recibieron el «no» de Macri.
Poco antes, el jefe de gobierno había despertado polémica cuando vetó la ley 4.015, que prohibía la venta de medicamentos fuera de las farmacias en la Capital Federal.
Los 85 vetos bajo la lupa
Según un informe realizado por el ex legislador Gonzalo Ruanova, cuyo período terminó con el recambio, los proyectos que fueron vetados por Macri en su mayoría están vinculados a las materias de espacio público, derechos humanos y defensa al consumidor. Le siguen las áreas de comunicación social, trabajo y vivienda.
En 20 ocasiones se hizo de manera parcial, desestimando algunos de los artículos, y en el resto las vetó totalmente. «Lo que surge es el doble discurso de Macri. Habla de institucionalidad y utiliza de manera sistemática el veto, un recurso que se volvió abusivo», evaluó Ruanova.
El informe revela además que la gran mayoría de las leyes habían sido votadas incluso por los legisladores oficialistas: en sólo seis de los proyectos desestimados por el gobierno porteño, se había opuesto el bloque de Pro. Es decir, vetó 79 leyes votadas por sus propios legisladores.
Varias de las leyes vetadas están ligadas al otorgamiento de edificios, predios y espacios públicos. Se trata de nueve permisos de «uso precario» de inmuebles o terrenos a asociaciones civiles o cooperativas que habían sido aprobados por la Legislatura.
Otros de los proyectos que causaron polémica fueron los vinculados a la publicidad oficial. El que provocó mayor controversia fue la de febrero de 2010, que regulaba su producción, contenido, gasto y distribución. Dos meses después de su aprobación, la norma se publicó en el Boletín Oficial de la ciudad, pero Macri cuestionó nueve de sus 18 artículos.
«Un veto cada 15 días»
El senador Daniel Filmus (FPV), que intentó disputarle el mando de la ciudad a Macri en las últimas elecciones, siguió de cerca los movimientos del líder de Pro en materia de vetos. Con la noticia de los recientes vetos, manifestó: «Haciendo un promedio Macri veta una ley cada 15 días. Marca una dirección ideológica contraria a la ampliación de derechos y a la inclusión social».
Desde Proyecto Sur, Adrián Camps apuntó en referencia al decreto sobre los semáforos para ciegos: «El proyecto tuvo despacho de una comisión presidida por el Pro y fue votado por legisladores del Pro ¿Cuál es el grado de seriedad de la participación de los representantes del Poder Ejecutivo en su relación con el trabajo de la Legislatura?».
Por su parte, el legislador Juan Cabandié, acusó a Macri de cumplir un «récord» de vetos que «se esconden detrás de aparentes discusiones técnicas que claramente responden a una profunda ideología elitista y a la incapacidad del macrismo para buscar soluciones reales a los problemas de los porteños».
Fuente:La Nación
