Lomas de Zamora: Prisión perpetua para policía que asesinó a un joven en Lanús

Un policía bonaerense fue condenado hoy a prisión perpetua por haber asesinado a golpes en la cabeza con la tonfa reglamentaria a un joven hace siete años en un bar del partido de Lanús, al que llegó alertado por una denuncia a raíz a una discusión entre varias personas, informaron fuentes judiciales.

La sentencia fue dictada por unanimidad por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 10 de Lomas de Zamora y recayó sobre el policía Rodolfo Leonardo Díaz por el delito de «homicidio agravado por ser cometido por un miembro integrante de la fuerza policial abusando de su función», en perjuicio de Pablo Olivera (28).

Fuentes judiciales informaron a Télam que los jueces coincidieron con el pedido de los abogados Brian Magnaghi y Guido Miele, de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), que representó a la familia de la víctima.

En tanto, el fiscal Jorge Ariel Bettini Sansoni había solicitado en su alegato 25 años de cárcel por el delito de «homicidio simple».

«Es la primera vez que nos pasa de tener una condena a perpetua sin el acompañamiento de la fiscalía, para nosotros es histórico sobre todo porque siempre los tribunales toman como referencia al momento de dictar una sentencia el pedido de la fiscalía», destacó a Télam el abogado Magnaghi.

El letrado afirmó que en su alegato dijo que «no se podía condenar con la misma fuerza a un civil que a un policía, que justamente estaba en funciones y que le pegó un palazo en la cabeza con la tonfa con la cual estaba instruido a utilizar de otra forma».

Las audiencias

Además, el TOC 10 dispuso abrir una investigación sobre el policía Roberto Ernesto Acevedo para determinar su responsabilidad en la muerte de Olivera dado que estuvo junto a Díaz en el momento del hecho.

Es que en una de las audiencias del debate hubo un careo entre ambos en el que Acevedo aseguró que «ninguno de los dos tenía tonfa» y Díaz dijo que él no tenía pero su compañero si.

Durante el juicio declararon varios testigos, entre ellos un hermano del joven que resultó lesionado tras ser golpeado por los policías, una cuñada que vio el momento en el que le dieron el golpe en el cráneo de la víctima y una hermana de ella que observó a Díaz darle una patada en la cabeza a Olivera cuando ya estaba desvanecido.

El fallo de 21 páginas al que Télam tuvo acceso determinó que el crimen ocurrió cerca de las 5 de la madrugada del 1 de junio de 2014 cuando el muchacho fue con su hermano, su tío y otros amigos al bar Open, ubicado en 25 de mayo e Hipólito Yrigoyen, en Lanús.

«Encuentro efectivamente probado que tanto Díaz como su entonces compañero Acevedo actuaron de modo conjunto a la hora de golpear brutalmente a Olivera. Lo hicieron de consuno, si se quiere con un acuerdo tácito, pero los dos estuvieron allí y si bien fue Díaz quien ejerció mayor violencia al darle el golpe con la tonfa y la patada en el piso, previamente ambos lo habían hecho caer y luego lo dejaron mortalmente herido en la vía pública», sostuvo en su voto la jueza Silvestrini, al que sus colegas adhirieron.

Según relataron los testigos, se produjo una discusión entre un grupo de jóvenes que fue sacado a los golpes por los patovicas, tras lo cual los encargados del lugar llamaron a la Policía.

En ese contexto, personal del Comando de Patrullas perteneciente a la comisaría 1ra. de Lanús llegó al lugar a los pocos minutos y el policía Díaz golpeó a los hermanos Olivera.

Según la sentencia, el policía persiguió a uno de los hermanos unas tres cuadras pero como no logró alcanzarlo regresó al bar, donde se encontró con Pablo.

El hecho

El joven fue atacado con un golpe en la cabeza propinado con la tonfa reglamentaria y cayó al piso gravemente herido, tras lo cual el efectivo lo pateó nuevamente.

«Los golpes recibidos por Pablo, en particular el palazo y luego la patada cuando ya estaba indefenso en el piso, llenan claramente la forma dolosa del tipo en análisis, pues son de una violencia tal, que permiten sostener que tenían por fin causar la muerte de la víctima o cuanto menos que su ejecutor no podía dejar de representarse esa posibilidad, máxime tratándose de funcionarios policiales que conocen del poder ofensivo de ese tipo de acciones», indicó Silvestrini

Olivera fue trasladado de urgencia por una ambulancia al Hospital Evita de Lanús, donde estuvo internado dos días y falleció a raíz de un traumatismo encefálico craneano.

El ahora condenado estuvo prófugo durante casi un año hasta que fue localizado y apresado por el asesinato.

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