
Más de 300 personas marcharon este lunes por la noche desde la casa del diácono Guillermo Luquín, asesinado el domingo por la madrugada, hasta la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en el barrio de Villa Galicia, en Temperley, para reclamar justicia por el caso y seguridad en el barrio.
La manifestación arrancó de Allemandri al 800, en la esquina de la vivienda del diácono asesinado. En un inicio, los vecinos mantuvieron silencio pero a las pocas cuadras algunos comenzaron a aplaudir y otros a rezar.
Los vecinos – muchos de ellos con lágrimas en los ojos – caminaron por Bombero Ariño hasta Río Bamba y de allí se dirigieron a la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, donde Luquín ejercía su diaconado.
En el camino, la gente coreó “Justicia” y “Seguridad”, dos reclamos presentes en el barrio de Villa Galicia, tras ser encontrado degollado Lucatín, un hombre de 52 años, que también trabajaba en la sucursal Temperley del Banco Provincia.
También, los manifestantes corearon el nombre de la víctima del crimen, quien era muy querida en la comunidad parroquial y barrial
Frente a la Parroquia Del Carmen, la gente fue recibida por el Padre Francisco Ortíz, con quien trabajaba Luquín. El sacerdote, visiblemente emocionado, llamó a “la unidad por la paz en el país y Villa Galicia”. También rezó con los vecinos y convocó a la Misa que se realizará este martes al mediodía en la Parroquia para despedir los restos del diácono.