La hija de un comisario se hizo pasar por un nuevo contacto del sujeto que había raptado a una chica en Facebook, y así lo detuvieron.

Juan Carlos Miranda, el hombre de 38 años que fue detenido el domingo pasado por haber secuestrado a una adolescente de 16, cayó en su propia trampa. En efecto, la policía logró dar con él, gracias a que la hija del comisario de San Miguel, Héctor González, se hizo pasar por un nuevo contacto del sujeto en la red social “Facebook” y esperó ser citada por él.

Según trascendió, desde el momento en que la madre de la adolescente denunció la desaparición de su hija, la policía abrió una cuenta en la famosa red social y logró contactar con el sospechoso tres días después de iniciada la investigación. El sujeto no pudo con su genio y mordió el anzuelo: tal como la policía esperaba, el abusador quiso conocer a F. González, la joven que actuó de señuelo. “Yo ayudé a atrapar al secuestrador”, cuenta la chica.

Luego de tres días sin novedades, el pedófilo comenzó con su juego de seducción a las inocentes jóvenes. La hija del comisario reveló que en sus conversaciones Miranda “pedía que nos encontremos, me decía que si quería me podía ir a vivir con él”. Además, comentó los tiempos con la que el perverso se manejaba: “El primer día ya quería que nos encontremos”; aprovechando el apuro del abusador, el señuelo esperó un día más de conversación y, al otro día, ya le dio su teléfono celular y pactaron el encuentro.

El hombre acudió a la “cita” en una estación de servicio. La trampa ya estaba dando sus primeros frutos. “Cuando llegó, inmediatamente me quería sacar de ahí, quería que vayamos a un lugar más tranquilo”, relató González. La chica finalmente se negó a seguir escuchando las propuestas del depravado y se fue del lugar, mientras que los investigadores siguieron al sospechoso hasta una casa, en la localidad bonaerense de La Tablada. Luego de sendos allanamientos en ese inmueble y en un local de San Justo, la adolescente cautiva pudo ser rescatada y su captor, detenido.

Por su parte, el padre de la víctima, Víctor, aún se pregunta cómo pudo haber ocurrido todo. “Esta persona se hizo pasar por un pibe de veinte años y se encontraron en la plaza Muñiz. Hubo abuso y violación hacia mi hija. Estuvimos sin comunicación con ella durante siete días porque este hombre le dijo que la iba a llevar por una ruta por donde no hubiera cámaras y le agarró el celular y le partió el chip”.

Lo cierto es que, por el momento, “aún hemos hablado poco y nada. Cuando nos dimos cuenta de que estaba desaparecida pensamos en lo peor y en que la iban a llevar a otro país. Sin embargo, tenía un pequeño presentimiento que le iba a ser difícil moverse porque no llevó el documento. En efecto, esta persona le dijo que hizo mal en no llevarlo”, contó el hombre.

Por último, Carmen, según indica en su edición impresa el Diario Crónica, hermana de la víctima, aportó información valiosa para la investigación, al afirmar que su hermana menor hacía un tiempo que comenzó a aparecer con ropas nuevas y maquillajes que la niña atribuía a la generosidad de una amiga. Sin embargo, se trataba de obsequios que le daba Miranda. El último presente que le había hecho fue un teléfono celular, que el sujeto entregó en el colegio a su nombre indicando, astutamente, que era el tío de la niña; a partir de allí comenza ron los mensajes de texto y continuó con el encuentro y posteriormente concluyó con los 6 días de cautiverio.

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