Escenario, minado de conflictos gremiales, marca la coyuntura.
Por la senda que marcó el Papa Francisco, respecto de la unidad y comunión con los movimientos sociales, la CGT afronta la zona de turbulencia del plano laboral y marcharía con ese sector el 4 de noviembre. “Hay voluntad para participar”, adelantaron en la central respecto de la “evaluación” de la convocatoria. El nuevo encuentro entre ambas dirigencias rubricó no solo análisis coyuntural sino la confirmación de que no los conforman “los parches para llegar a fin de año”, definió el integrante del triunvirato cegetista Juan Schmid.
Sobre la mesa de gremios y las organizaciones sociales se acordó insistir sobre la defensa del empleo y sobre todo los despidos. “Este gobierno podrá tener iniciativas miserables, pobres, pero finalmente son iniciativas”, expresó Schmid al ratificar que seguirá la estrategia en común con las endiades que visitaron ayer la sede de Azopardo. Del encuentro con los representantes de las entidades sociales participaron José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN), Carlos Frigerio (Cerveceros), Amadeo Genta (Municipales), Domingo Moreira (Ceramistas), entre otros.
Schmid, también jefe de la poderosa CATT que nuclea a los transportistas, pareció apuntar a los dichos del presidente de la Nación, respecto del pedido de “sensatez” y la evitable comparación que ofreció respecto a la situación de Aerolíneas Argentinas y el conflicto del ministerio de Transporte y la empresa con la Asociación de Pilotos (APLA) que lidera Pablo Biró.
El jefe de los comandantes aéreos le expresó a este diario que el retiro de la oferta paritaria por parte del Gobierno y Aerolíneas marca algo más que un tono. “Si lo que pretenden es cargarse a Aerolíneas otra vez no van a tener suerte, de acá a nosotros nos sacan muertos, porque van a tener que matarnos”, resumió Biró. APLA alertó desde 2015 que el modelo económico en vigencia, no respetaría la premisa de mantener en alto una empresa de bandera nacional y que en realidad lo que se apunta es a regresar a la práctica neoliberal de “los cielos abiertos”, que definen como la globalización y flexibilización laboral de la aeronavegación.
Mientras la CGT se debate en su propio equilibrio con la cuestión del bono “todavía fantasma”, la cámara empresaria CAME anunció que la mayoría de quienes la integran no están dispuestos a oblar adicional alguno.
El cóctel de conflictos se extiende al paro que mañana cumplirán los bancarios de Sergio Palazzo, que consideraron la convocatoria para trabajar en las entidades crediticias durante sábado y domingo como “una provocación” respecto del conflicto en desarrollo con la AB y también los ecos de la huelga que paralizó el servicio ferroviario, concretado por los jérarquicos de ese sector.
“Si se quieren cargar otra vez a Aerolíneas
van a tener que matarnos” (Biró)
En efecto, la medida de fuerza de la Asociación de Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos (APDFA) en protesta por la falta de definición por parte del Estado nacional respecto de la continuidad de los servicios afectó a 1.500.000 pasajeros.