Indignación de los trabajadores del Hospital Evita de Lanús por un represor internado

Hospital-Evita-LanúsEn el día de ayer fue internado, por orden judicial, en UCO el represor condenado ROBERTO CABRERA. Según tenemos entendido, se internó con un cuadro leve, esperando para la colocación de un marcapasos. La responsabilidad del Estado sobre la custodia y atención médica de los genocidas de la última dictadura no puede ser delegada en la responsabilidad individual de los trabajadores. Mucho menos cuando el Estado tiene a su disposición todas las herramientas técnicas para otorgar la atención médica que estos asesinos requieran en las dependencias del hospital del penal de Ezeiza. No nos negaremos, por razones éticas y humanitarias a atender a un represor, SIEMPRE QUE NUESTRO HOSPITAL SEA LA ÚLTIMA ALTERNATIVA.

Roberto Antonio Cabrera ingresó a la Policía bonaerense en 1951, y se desempeñó en la Brigada de Investigaciones de Lanús desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 29 de mayo de 1978. Participó activamente de las patotas de Investigaciones que comandaba el genocida Miguel Etchecolatz y que asolaron la zona sur del conurbano desde los 29 Centros Clandestinos de Detención del llamado “Circuito Camps”.

Cabrera fue condenado a 18 años de prisión por el TOF 1 de La Plata en diciembre de 2012 por 19 casos de secuestros y torturas cometidos en el CCD denominado “Puesto Vasco”, que funcionó en la sub-comisaría de Don Bosco, en Quilmes. Fue reconocido por los sobrevivientes Liberman, Papaleo, Miralles y Alvite, entre otros, quienes coincidieron en que Cabrera quedaba a cargo del lugar cuando no estaba el represor llamado “Rojas”.

Nótese que hace 18 años, cuando nuestra compañera psicóloga Martha Brea se encontraba detenida- desaparecida en «el Vesubio», «chupada» de nuestro propio Hospital (ahora sabemos que fue asesinada), el represor Cabrera accionaba en la Brigada de Investigaciones de Lanús.

Pero ocurrió un hecho MÁS GRAVE AÚN: en horas de la tarde de ayer, nuestra compañera enfermera Rosita Ibarra decidió colocar carteles en las paredes alertando que se encontraba internado el genocida. Un Comisario uniformado arrancó un cartel e increpó a nuestra compañera diciendo que no coloque más, que estaba incitando a la violencia (todo con muchos testigos). Le exigió además su identificación; al negarse a hacerlo, diciéndole que para ello debía dirigirse a la Dirección del Hospital, el uniformado le dijo: «igual ya sé quién sos: sos Rosa Ibarra”. Dijo ser Comisario de la primera de Lanús, encargado de la custodia del Hospital. Nos preguntamos: ¿Un policía que está encargado de cuidarnos a nosotros, al que el Hospital le paga horas adicionales, puede decidir limitar la liberad de expresión de la compañera; más aún, puede hacerle un «apriete» diciendo que conoce su identidad?

¡SOLIDARIDAD CON LA COMPAÑERA ROSITA IBARRA, YA QUE ES UNA INTIMIDACIÓN A TODOS LOS TRABAJADORES!

QUE EL SERVICIO PENITENCIARIO SE HAGA CARGO DE LA ATENCIÓN MÉDICA DE LOS GENOCIDAS Y NO OBLIGAR A HACERLO A LOS TRABAJADORES DEL HOSPITAL EVITA, QUE TANTO SUFRIÓ LA REPRESIÓN. ¡ESTO SÍ ES UNA PROVOCACIÓN!

CICOP SECCIONAL EVITA

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