Tras activar el protocolo de seguridad, y ante la estupefacción del personal médico presente, la dirección decidió evacuar parcialmente el recinto.
Un hombre de 88 años acudió a urgencias del hospital Sainte-Musse de Tolón —en el sur de Francia— afirmando que tenía un proyectil de la Primera Guerra Mundial clavado en el recto.
Tras activar el protocolo de seguridad, y ante la estupefacción del personal médico presente, la dirección decidió evacuar parcialmente el recinto; concretamente, parte del servicio de pediatría se trasladó al vestíbulo, según apuntan medios franceses.
Seguidamente, se presentaron expertos en desactivación de explosivos y, durante varias horas, los pacientes fueron desviados a otros hospitales. Los bomberos, que acudieron como refuerzo, instalaron una tienda de campaña en el exterior para que el hombre pudiera ser examinado.
Tras conocer y corroborar la historia del octogenario, y una vez desactivado el protocolo, un cirujano le extrajo la pieza del ano. Se trataba de un «caparazón de colección» de la Primera Guerra Mundial ofrecido a los ‘Poilus’ (un término para referirse a la infantería francesa de la PGM) de unos 20 centímetros de largo y entre cinco y seis centímetros de diámetro.
