Florencio Varela: Mujer policía denuncia haber sido drogada y violada

Daiana-Goy  El hecho ocurrió en Florencio Varela. Según denunció la víctima, los sujetos le suministraron una bebida que la dejó inconsciente para atacarla sexualmente. Luego, el papá de su hijo le propinó una golpiza y huyó disparándole varios tiros con su propia arma reglamentaria.

«Me hicieron de todo y yo parezco la culpable” reflejó con desazón una agente policial de Florencia Varela, en referencia al infierno que padeció en manos de su ex pareja y un primo de éste, quienes la sometieron sexualmente.

La víctima, identificada como Daiana Goy denunció que los abusadores le suministraron una bebida alcohólica con una sustancia que la dejó inconsciente, para posteriormente vejarla, y hasta el progenitor de su hijo propinarle una golpiza y dispararle varios tiros con su propia arma de fuego. Hasta el momento no hay detenidos en la causa.

La joven, había finalizado su jornada laboral como agente del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de Florencio Varela y regresó a su vivienda, donde se hallaba su ex pareja, quien cuidaba al hijo de ambos.

Al ingresar a su propiedad, el hombre se retiró de la misma con el argumento de dirigirse a un almacén cercano y a los pocos minutos retornó: “Con su primo y dos botellas de alcohol”, narró Daiana al portal de noticias El Radar del Sur.

“Me convidaron con una bebida y desde aquel momento no me acuerdo más nada. Cuando recuperé la conciencia, veo que estoy desnuda en mi cama, con el primo de él intentado poner su pene en mi boca mientras que el papá de mi hijo me penetraba”, indicó la denunciante.

Por si fuera poco, tras cometer el salvaje abuso, ambos sujetos abandonaron el lugar, sin embargo, la ex pareja de la policía regresó al inmueble. “Volvió y me empezó a pegar, diciéndome que era una trola y me sacó de mi casa a los tiros, con mi propia arma”, señaló la Goy.

“La sacaste barata”

Posteriormente, la mujer pudo escapar y acudió en ayuda a sus colegas de la Comisaría de la Mujer y la Familia. Allí, “me dijeron que no podía beber alcohol y que era mi culpa por haber dejado el arma al alcance de esta persona y que la había sacado barata”, explicó la joven. La víctima fue convocada por la dependencia policial para someterse a un análisis psicológico, con el fin de determinar el grado de veracidad de sus dichos e iniciar así una investigación.

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