A Tomás Romero se le atribuyen los delitos de «homicidio criminis causa, portación ilegal de arma de fuego de uso civil y robo agravado por el uso de arma, en concurso real» en perjuicio de Maricela Servezynsky.
Un fiscal de juicio pidió ayer que se condene a prisión perpetua al único acusado del crimen de Maricela Andrea Servezynsky, quien en 2011 fue asesinada de un balazo cuando se resistió al robo de su teléfono celular mientras viajaba en colectivo por la localidad bonaerense de San Miguel.
El requerimiento del Fiscal Martín Gragnoli recayó sobre Tomás Romero (27), a quien le atribuyó los delitos de «homicidio criminis causa, portación ilegal de arma de fuego de uso civil y robo agravado por el uso de arma, en concurso real».
Jorge Neville, abogado de la familia de la víctima, informó que coincidió con el pedido de Gragnoli, mientras que la defensa requirió la nulidad de la detención y, subsidiariamente, una pena de 15 años, la mínima establecida para el «homicidio en ocasión de robo».
Tras los alegatos de las partes, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Martín dispuso que el acusado pronuncie sus «últimas palabras», oportunidad en la que Romero pidió disculpas a la familia de la víctima y le dijo a la madre de Maricela que no podía «verla a los ojos».
El tribunal finalmente pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves próximo a las 09:00 cuando dará a conocer su veredicto. El martes el imputado pidió declarar en el juicio y admitió haber efectuado el disparo que mató a Maricela aunque afirmó que se le había escapado.
Romero contó que el día del crimen iba armado para su defensa personal ya que había sido atacado a golpes en el barrio y que se subió al colectivo en el que viajaba la víctima luego de haber ingerido bebidas alcohólicas y pastillas ansiolíticas por lo que tuvo períodos de lucidez intermitentes.
Neville explicó que el imputado declaró que durante el viaje decidió asaltar a los pasajeros y que en esas circunstancias se disparó su arma.
Antes de la declaración del acusado, el tribunal había convalidado el procedimiento policial que lo detuvo y en el que él se quebró y confesó el hecho. La detención de Romero fue cuestionada por la defensa por considerar que los efectivos no contaban con orden judicial para efectuarla. Sin embargo, según Neville, los policías declararon en el juicio que el fiscal de Instrucción, Daniel Moccia, les ordenó vía handy localizar al sospechoso y una vez que lo hallaron les indicó que lo detuvieran. En la etapa de instrucción, el propio fiscal había dejado constancia que no había librado tal orden, por lo que ahora la defensa pidió al tribunal que se investigue el desempeño del funcionario judicial.