“No voy a responder, no le voy a dar el gusto a Grabois, le voy a responder en la Justicia”, afirmó Espert, al ser consultado por la denuncia que lo señaló como receptor de US$200.000 presuntamente girados por Fred Machado, un empresario con pedido de extradición por una causa vinculada al narcotráfico, durante la campaña de 2019. El legislador reiteró esa posición ante insistentes preguntas periodísticas ante las cuales explícitamente se negó a desmentir el cobro. En ese marco, planteó que cualquier aclaración la brindaría ante los tribunales. La acusación se apoyó en una supuesta planilla de transferencia a su nombre, incorporada a un expediente que tramitó en Estados Unidos.
La presentación en la Argentina la realizó el dirigente social Juan Grabois, quien señaló a Espert por el supuesto ingreso de US$200.000 provenientes del empresario Fred Machado. De acuerdo con la acusación formulada por el dirigente, la base del señalamiento fue una planilla que acreditó una transferencia vinculada al entonces candidato. Espert calificó ese material como “un papel trucho de una contabilidad paralela” y sostuvo que la documentación no tiene validez. En su descargo público, el diputado afirmó que la denuncia respondió a motivaciones políticas.
Espert enmarcó el episodio en lo que describió como una “operación” y una “campaña sucia” atribuida al kirchnerismo. También habló de una “causa refritada” para restarle entidad a los señalamientos. En paralelo, el economista defendió su situación patrimonial y rechazó cualquier irregularidad. “En el 2020 yo no era ni candidato, ni diputado, ni político. Trabajaba en el sector privado. Todo el dinero que tengo, lo puedo justificar todo”, afirmó al repasar su actividad en ese período posterior a la elección de 2019.
La negativa a responder como eje del descargo
Más allá de las explicaciones generales, la postura de Espert se centró en no responder si efectivamente percibió el aporte señalado por Grabois. El diputado insistió en que no ofrecería definiciones fuera del ámbito judicial y sostuvo que no le otorgaría “el gusto” al denunciante. Con esa estrategia, dejó sin aclaración específica el punto más sensible de la acusación: si existió o no la recepción del dinero. En sus apariciones públicas, el legislador repitió que contestaría “en la Justicia”, sin ampliar.
En su defensa, Espert remarcó que “un candidato no maneja fondos de campaña”, en alusión a los procedimientos de recaudación y gastos durante las elecciones. Según su explicación, la administración de recursos estuvo a cargo del partido y no de la figura del postulante. Con ese argumento, buscó despegarse de la operatoria financiera mencionada en la denuncia. Al mismo tiempo, reiteró que podía respaldar el origen de sus bienes e ingresos.
El caso incorporó además datos sobre la relación de Espert con Fred Machado, un empresario argentino detenido por orden de Estados Unidos y acusado de vinculaciones con el narcotráfico. El diputado reconoció haber viajado en un avión privado del empresario y haberse trasladado en una camioneta blindada vinculada a él durante la campaña de 2019. Sin embargo, matizó esos vínculos al indicar que desconocía la titularidad de algunos de esos medios de transporte. “Me subía a dónde me decía el partido. En campaña, el partido te da el traslado, hacía lo que me decía el partido. En ese momento yo vivía en una nube de pedos, recién entraba en política”, sostuvo.
La referencia a la logística electoral formó parte del intento de Espert por ubicar sus movimientos de 2019 dentro de una estructura partidaria que, según dijo, definió traslados y vehículos. El diputado señaló que las decisiones operativas estuvieron fuera de su órbita personal y que se limitó a acatar las instrucciones del equipo. En esa línea, buscó desacoplar su figura de cualquier gestión directa de recursos o contrataciones. El foco, no obstante, volvió una y otra vez a su negativa a puntualizar sobre el presunto aporte en dólares.



