Así lo precisaron desde el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense. Constituyeron el 19 por ciento de los llamados realizados a la línea gratuita para víctimas de maltrato familiar. “Desde las áreas de Tercera Edad y de Género del Ministerio, en forma conjunta con la Nación, los municipios, el Consejo Provincial de Adultos Mayores y las organizaciones vinculadas al sector se está trabajando en el diseño y la aplicación de políticas que favorezcan el desarrollo, la sociabilidad y la inclusión de las personas de edad”, remarcó el titular de esa cartera, Martín Ferré.
Las denuncias por distintos tipos de violencia doméstica contra adultos mayores constituyeron durante el año pasado casi el 20 por ciento del total de los llamados realizados a la línea gratuita 0800-666-5065 que el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia tiene a disposición de las víctimas de maltrato familiar.
“Hemos percibido un aumento de los casos de violencia física y psicológica hacia personas mayores de 65 años, un sector de la sociedad que está experimentando un crecimiento demográfico desde hace años”, explicó el titular de esa cartera, Martín Ferré.
Además, destacó que esta situación «afecta la calidad de vida y vulnera los derechos de la tercera edad por lo que se está realizando acciones interdisciplinarias de modo tal de generar canales de prevención y de atención”.
Ferré dijo también que “desde las áreas de Tercera Edad y de Género del Ministerio, en forma conjunta con la Nación, los municipios, el Consejo Provincial de Adultos Mayores y las organizaciones vinculadas al sector se está trabajando en el diseño y la aplicación de políticas que favorezcan el desarrollo, la sociabilidad y la inclusión de las personas de edad”.
De acuerdo con el informe elaborado por la Subsecretaría de Políticas Sociales, «durante 2012 se recibieron 1.144 llamados a la línea gratuita 0800-666-5065 contra la violencia familiar. De ese total, el 19 por ciento estaba vinculado a adultos mayores».
El principal motivo de denuncias fueron las agresiones psicológicas, como discriminación, humillaciones, insultos y amenazas, seguidas de los maltratos físicos y la violencia económica, como la retención de sueldos o jubilaciones.
