“El macrismo necesita de este procurador interino para que encubra todas sus fechorías”

El ministro de Justicia, Martín Soria, además relativizó el supuesto respaldo de JxC a la designación de Rafecas. “Son los mismos que el año pasado trabaron su pliego», recordó.

El ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria, sostuvo que “el macrismo necesita de este procurador interino para que encubra todas las fechorías que hicieron desde la mesa judicial”, en referencia al actual procurador General Eduardo Casal, y pidió “darse cuenta del momento histórico” que atraviesa para tomar dimensión de las reformas necesarias.

En diálogo con Radio 10, el funcionario se refirió al proyecto de reforma del Ministerio Público Fiscal, al recordar que “viene con media sanción del Senado”, y ya logró dictamen de mayoría en un plenario de comisiones en Diputados, con reformas que contemplan “varios de los consensos” logrados. “Estamos buscando ahora que el Congreso apruebe la mejor ley posible”, apuntó.

Para Soria, “el macrismo necesita de este procurador interino para que encubra todas las fechorías que hicieron desde la mesa judicial” y por eso prefieren “que el MPF siga paralizado con un procurador interino”, al que señaló como “funcional a los intereses de la mesa judicial” del ex presidente Mauricio Macri.

Rafecas

Consultado sobre el pedido de Juntos por el Cambio para que se apruebe el pliego del juez Daniel Rafecas como nuevo procurador, respondió: “La única verdad es la realidad, y los que ahora dicen que quieren votarlo son los mismos que el año pasado trabaron su pliego”.

También aseguró que “los que se oponen a la reforma del Ministerio Público son los mismos que impulsaban una idéntica en 2017”, en referencia al macrismo.

Sobre la expresión pública de Rafecas de que no accederá a ser procurador si se modifican las mayorías necesarias para nombrarlo, Soria expresó que “esta ley es necesaria más allá de quien sea el próximo procurador”.

“Hoy el único pliego presentado es el de Rafecas, veremos más adelante”, sostuvo, al recordar su propia prédica de que “es una ley que no tiene nombres propios”.

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