Droga y delitos: 8 de cada 10 jóvenes admitieron que el consumo los llevó a delinquir

  Una encuesta oficial arrojó datos para tener muy en cuenta sobre cuestiones sensibles como violencia familiar, abandono de la escuela, malas condiciones laborales y adicciones.

Alguna vez el pedagogo Paulo Freire escribió que «La cabeza piensa donde los pies pisan», transformándose en una frase perfectamente aplicable a los resultados de una encuesta recientemente efectuada a jóvenes de entre 15 y 25 años que se encuentran en tratamiento por adicción a las drogas.

El estudio que hizo la Dirección Nacional de Política Criminal del Ministerio de Justicia de la Nación realizó entre 2014 y 2016 en 78 centros de tratamiento pertenecientes a la Federación de Organizaciones no Gubernamentales de la Argentina para la Prevención y el Tratamiento de Abuso de Drogas (FONGA) se llama «Vulnerabilidad social, adicciones y prácticas delictivas».

Los resultados del estudio, a grandes trazos indicaron que «Las pautas de crianza, los modelos de funcionamiento familiar que incluyen malos tratos, violencia, prácticas de consumo en el entorno íntimo y próximo social, como así también prácticas delictivas en los circuitos de referencia, configuran caracterizaciones frecuentes en las dinámicas cotidianas de los jóvenes que presentan problemáticas de adicción a sustancias psicoactivas e involucramiento en prácticas delictivas».

Uno de los ejes principales sobre los que giró la encuesta fue el del entorno familiar en que viven los jóvenes consultados, obteniéndose como resultado que el 61% recibió castigos durante su infancia, cuyos autores o responsables fueron por lo generalsus padres o madres, en tanto que 6 de cada 10 afirmaron que los castigos les provocaron lesiones.

Así mismo, el 45% afirmó que hay problemas de alcoholismo en el seno del hogar y el 33% que al menos un integrante de su familia es consumidor de drogas, además de sostener queen el 50% de esos hogares hay armas que (en un 70%)son propias.

«Los datos recogidos muestran cómo el entorno familiar de consumo de drogas como así también las situaciones de malos tratos en la infancia operan como factores de riesgo para el inicio temprano del consumo de sustancias psicoactivas», destaca el estudio.

Con respecto al inicio de los encuestados en el mundo de las drogas, el estudio arroja como resultado que se dio entre los 12 y los 15 años de estos jóvenes, e inclsuo hubo casos en que reconocieron haber empezado a consumir desde una edad tan temprana como los 8 años.

El informe también busca encontrar las causas que lleven a saber ¿por qué estos jóvenes roban? Y el resultado ha sido el siguiente: «La respuesta más numerosa refiere que lo hicieron para comprar drogas. En menor medida, el segundo lugar en cantidad de alusiones corresponde a tener dinero o plata fácil y el tercer lugar a cuestiones identitarias y de pertenencia grupal».

Dada la pregunta sobre el modo en que conseguían dinero, las respuestas agruparon a los consultados de la siguiente manera: 555 dijeron que fue mediante el robo; 393 trabajando; 182 pidiendo dinero; 135 robo a la familia; 59 vendiendo sus cosas; 55 vendiendo droga; 26 prostituyéndose.

Nueve de cada 10 chicos y jóvenes respondieron que el primer delito que cometieron fue el robo y ocho de cada 10 dijeron que siguieron delinquiendo. Además, siete de cada 10 contaron que para robar utilizaron algún tipo de arma, principalmente de fuego.

A la consulta sobre el modo en que ocupaban su tiempo libre, los jóvenes quedaron agrupados de la siguiente manera: 235 contestaron que lo hacían en el consumo de droga, 168 en lo que llamaron «calle», «esquina» o «junta», 97 en el delito, 87 en trabajo o changas, 63 en «nada», 57 en el estudio, 33 en el deporte o el arte, 27 en la familia y 7 en el alcohol.

El abandono escolar es otra característica central: en el grupo de hasta 18 años, el 85% dejó la escuela y seis de cada 10 lo hicieron entre 7° grado y 2° año.

En ese punto, el estudio muestra que a mayor educación o formalidad laboral, menos delitos: de los que tenían estudios terciarios completos el 22 por ciento cometió delitos, mientras que entre los que no llegaron a terminar el primero, el porcentaje llega al 85. Quienes tenían trabajo registrado, el 37 por ciento cometió delitos. El porcentaje llega a 73 entre quienes estaban en negro o hacían «changas».

El 76% de los chicos y jóvenes que respondieron la encuesta dijeron que el consumo de drogas los acerca al delito.

Ellos mismos respondieron cómo alejarse: «Por un lado, las respuestas más numerosas son las referidas a la implementación de estrategias de inclusión social; y por otro, proponen acciones referidas a combatir específicamente el tráfico de drogas como así también la corrupción en las diferentes agencias del Estado».

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