Día Nacional del Policía

19 de abril – “Día Nacional del Policía” Cuando patrulles la ciudad y sientas tuya y te engrandezca la misión de su custodia, aunque lejos de tu tierra y de los tuyos. Cuando veles por el sueño de los otros y les cubras con el manto de tu guardia; Cuando el eco de tus pasos en la noche, represente la paz en cada esquina, bajo el sereno control de tu mirada; Cuando el frío y el sol muerdan tu piel, sin que se mueva un músculo en tu cara; Cuando el miedo penetre en tus entrañas y se encuentre cara a cara con tu fe, sea esta cual sea; Cuando tengas la humildad de los valientes, para ordenar hacer lo que más cueste y los hombres te sigan por ti mismo, aunque vayas incluso hacia la muerte; Cuando impongas respeto y disciplina, con tu sola presencia ante quien sea; Cuando nadie juzgue tu conducta, porque no des lugar para que lo hagan, y el código de honor que guíe tus actos, marque el norte vital de tu existencia; Cuando la mirada del hombre de otra raza, del pobre o del adicto no encuentren en tus ojos recelos ni reproches; Cuando en ese amanecer en que la noche se ha llevado a un compañero mires al Cielo agradecido a Dios por ver de nuevo el día, que en el llanto de huérfanos y viudas encuentres para luchar tu luz y guía; Cuando el surco caliente de una bala, rompa el espejo negro del silencio Cuando florezca un clavel ensangrentado en tu pecho o en el del compañero y eleves al Señor una plegaria, sin rencor, ni queja, ni lamento; Cuando debas tirar y tu disparo sea sin odio y a la vez certero; Cuando aceptes morir solo en la calle, teniendo como mortaja el firmamento y aspires a formar junto a los otros, que hacen guardia entre los luceros; Cuando seas imparcial contigo mismo, sin creerte poseedor de las verdades; Cuando puedas reprimir impulsos propios, desechando egoísmo, envidia y vanidades y logres irradiar, sin falsas poses, esa hombría de bien con que se nace; Cuando estés consciente totalmente de tu hermosa misión en esta tierra; Cuando no te encandilen los honores, ni el poder se te suba a la cabeza y el dinero no pueda doblegarte, ni ponerle precio a tu decencia; Cuando eso consigas con tu esfuerzo, recién entonces habrá llegado el día en que puedas gritarle al universo, por la Gracia de Dios…soy POLICÍA.

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