El empresario Guillermo Greppi llamó a «medio mundo» cuando –según denunció policías allanaron su financiera ubicada en Maipú 311 y le intentaban sacar 300 mil dólares a cambio de frenar el operativo, para lo cual habrían invocado la figura del juez federal Norberto Oyarbide.

Fueron pocas horas en las que el empresario llamó a Carlos Liuzzi, segundo de la Secretaría Legal y Técnica, y éste a su vez lo telefoneó a Oyarbide. Se sabe por dichos de este último que el llamado de ese funcionario devino en la suspensión del operativo.

Entre las personas a las que llamó Greppi en busca de ayuda está el tercero en jerarquía de la Policía Federal, el Superintendente de Seguridad Metropolitana Comisario General Guillermo Calviño.

Según Greppi declaró en febrero de este año, él se comunicó con Calviño «a quien conoce desde hace muchos años». Pero el financista aclaró que el Comisario le dijo que «no había nada que hacer».

Incluso aseguró que Calviño «realizó alguna consulta y no había conseguido nada que se podía hacer». Según fuentes judiciales, no habría nada de irregular en el llamado, salvo que el comisario se hubiese enterado en ese momento que una brigada de la Federal supuestamente estaba realizando un intento extorsivo y no haya hecho nada ante tal situación.

El Juez federal Luis Rodríguez, quien investiga si existió el pedido de soborno y si como denunció Greppi los policías decían actuar bajo órdenes de Oyarbide, resolvió citar a declarar como testigo al Comisario Calviño. Se intenta tener más detalles de esa comunicación.

Calviño es uno de los primeros testigos citados en la causa por fuera de quienes estuvieron ese día en la financiera. Pues Rodríguez ya le tomó declaración a muchos empleados de Propyme, y a su dueño, Greppi, quien ratificó en reiteradas veces que le pidieron un soborno.

Si bien aún no se ordenó un análisis de las llamadas entrantes y salientes de Greppi, los policías y el juzgado, las fuentes adelantaron  que irán siendo citados a declarar todos aquellos que intervinieron de alguna forma.