El domingo 7 de agosto, la Plaza San Martín ubicada entre las calles Ricardo Gutiérrez y Beguerestain, frente a la maternidad Ana Goitia de Sarandí, promediando el mediodía se pobló de vecinos atraídos por la presencia de puestos en el lugar y el show de espectáculos en el anfiteatro con música para distintos géneros.
Si bien aún todo no está del todo organizado la intención de un grupo de vecinos, representados por Amalia y Soledad, es que aquellos que produzcan ropa, artesanías, alimentos o manualidades, puedan tener un espacio que como se aclara es gratuito, por ser la primera vez comentaron que había algunos puestos que se dedicaban a la reventa de productos, pero que habían sido previamente acordados con referentes de La Cámpora abonando estos $100 para acceder a un puesto.
Estaban presentes los Bomberos Voluntarios de Avellaneda, con uno de los autobombas para recreación de los niños y con el fin de recaudar firmas para el proyecto que presentaran al HCD de Avellaneda, para que se incluya dentro de la recaudación de la TSG $5 para los cuarteles de bomberos de Avellaneda.
Dijeron presentes el club de motos y autos local Baron Argentina MC, que expusieron su vehículos para atracción de los concurrentes y una delegación de trabajadores del Diario Tiempo Argentino
También se encontraba en la plaza una delegación de ATE Avellaneda, que difundían las actividades y proyectos del gremio, pero además brindaban asesoramiento a los trabajadores respecto a cuestiones gremiales y previcionales, dialogamos con el secretario gremial Julio César Caro sobre el modelo económico y cómo esto afecta no solo la economía de los trabajadores, sino también su participación gremial.
Lo que vimos en la Plaza San Martín es mucha gente entretenida y además pudiendo acceder a realizar compras a precios muy accesibles, una propuesta que sería muy interesante se repita en otras plazas del municipio, para que los vecinos recuperen muchas de esas plazas abandonadas y también como una forma de enfrentar la inflación que junto a la pobreza genera necesidades que pueden ser paliativas con este tipo de eventos.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw