Durante enero y febrero, la casa fundada por Don Orione realiza una campaña solidaria para reunir lo necesario para poder brindar un servicio integral a sus residentes.
El Pequeño Cottolengo de Avellaneda realiza durante los meses de verano su campaña solidaria enla que pide a la comunidad su ayuda para reunir parte de los elementos que necesita cotidianamente para poder trabajar de forma integral con la gente que allí reside: 72 mujeres con discapacidad cuyas edades oscilan entre los 6 y los 85 años.
Además de un hogar, es un centro de día donde se realizan talleres de cerámica, circo, baile, música, artesanías, cocina, entre otros, y que brinda atención en kinesiología, hidroterapia, psicología, musicoterapia, educación física y natación.
Carolina Arce, orientadora de la Obra de la Providencia enumera algunas formas de ayudar al Cottolengo: “En primer lugar, rezando, intercediendo, conociendo y haciéndolo conocer. En segundo lugar, dedicándole tiempo o haciéndonos llegar tu aporte”, convoca.
Entre lo que necesitan figura leche en polvo, pañales G y XG; la bebida nutricional Ensure; Espesan (un espesante instantáneo para las residentes que padecen problemas deglutorios); alimentos no perecederos; elementos de higiene personal y “todo aquello que requiere una familia para vivir en lo cotidiano”
La ayuda puede enviarse acercándose a la casa ubicada en Manuel Estévez 620 de Avellaneda, mediante transferencia bancaria:
- Banco Galicia – Cta. Cte. Nº5655-3040-4. CBU:0070040520000005655346.
- Alias: MARCO. BALON.TORNEO
- Pequeña Obra de la DivinaProvidencia. CUIT: 30573464148
También comunicándose vía correo electrónico a comunicacioncottoavellaneda@gmail.com o por teléfono 011-4201-9719 o por Whatsapp 1153413297.
El Pequeño Cottolengo de Avellaneda
“Vayan a Avellaneda que ahí comienza la Obra“, sentenció alguna vez Don Orione cuando comenzó el Pequeño Cottolengo, perteneciente a la Congregación religiosa Pequeña Obra de la Divina Providencia recuerda Arce, al destacar que en ese lugar donde nacería el primer cottolengo argentino, el 2 de julio de 1935.
En sus inicios, las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad se hicieron cargo de la casa, y fue el mismo Don Orione, ahora santificado, quien recibió a los primeros residentes.
“El Cottolengo tiene como objetivo principal el cuidado y la atención de personas con discapacidad, favoreciendo el ejercicio efectivo de sus derechos y el crecimiento de su autonomía y desarrollo personal, enmarcado todo en una vivencia y promoción de los valores cristianos”, resaltan desde la oficina de Recursos y Comunicación.
Como decía Don Orione: “Todo es grande cuando es grande el corazón que lo da”.