Luisa López y su hija -a quien había rescatado cuando era obligada a ejercer la prostitución- fueron atacadas por una patota en su nuevo domicilio. Acusan a un hombre que estaba preso por el caso y que recuperó la libertad.
Una mujer que logró rescatar a su hija de una red de trata, donde era obligada a ejercer la prostitución, fue apuñalada y la chica también sufrió lesiones, en lo que consideró «una violenta represalia» en su nuevo domicilio del partido de Florencio Varela, al que tuvo que mudarse por un tiempo, en un ataque que atribuyó a una «venganza» del proxeneta -que acaba de recuperar la libertad- y concretada por una patota.
Luisa López, la «madre coraje» que en un recordado caso rescató, en el pasado mes de agosto, a su hija Karen Tobares de una red de prostitución que la mantuvo cautivo por espacio de 60 días, contó: «Volvimos a sentirnos en el infierno, cuando un grupo de quince hombres, armados con palos y facas, nos atacaron en nuestra casa. Los mandó este tipo para vengarse que por la denuncia que presentamos estuvo un tiempo preso. Y nos sigue amenazando».
Según madre e hija, el sindicado proxeneta habría resultado beneficiado por una excarcelación, firmada por un juez subrogante, a pesar de afrontar cargos por delitos graves. Si bien la familia consiguió mudarse de barrio, siempre dentro de Florencio Varela, este sujeto que había prometido vengarse, llevó a cabo su amenaza.
«Vino este delincuente con quince personas más, tenían lanzas caseras hechas con palos de escoba y cuchillos en la punta. Comenzaron a tirar piedrazos y cortarnos en los brazos y las piernas. Yo estaba tomando mate y llegué a tirarle el termo con agua caliente a uno de ellos, pero me pegaron un cascotazo en la cabeza y perdí el conocimiento», detalló Luisa López, en diálogo con DIARIO POPULAR.
En ese contexto, su hija también sufrió una profunda herida en la pierna, provocada por una botella de vidrio que le arrojaron, hasta que fueron auxiliadas por un familiar, en momentos en la patota decidió abandonar el lugar, previo robar pertenencias y generar destrozos.
«Mi sobrino se encerró en el baño con nosotras y bloqueó la puerta. Los vándalos ingresaron a mi casa y se llevaron todo, hasta los marcos de la ventana, el tendedero con ropa y zapatillas y la comida. No dejaron nada de nada», sostuvo la mujer.
Para la «madre coraje», esta situación tiene un solo culpable. «Esto pasó porque un juez dejo en libertad a este peligroso sujeto. Luego de rescatar a mi hija, intentó secuestrarla otras cinco veces más y nos vivía amenazando de muerte. Habíamos conseguido que lo metan preso, pero el juez que llevaba la causa se tomó licencia, tomó la causa el subrogante y lo dejó de nuevo en la calle. Ahora tiene que responder por lo que nos pasó. Casi nos matan por su culpa», concluyó.
Fuente: Diario Popular