Fueron asesinados un empresario y su custodio por al menos dos personas que se desplazaban en moto en la esquina de Córdoba y Pringles. Las víctimas tenían 25 y 35 años: uno de ellos recibió un disparo en el cuello y otro en el pecho. Los asesinos se habrían llevado 200 mil pesos.
Un empleado de una distribuidora de golosinas y cigarrillos y un custodio fueron asesinados a balazos dentro de un taxi por al menos dos motochorros que les robaron una suma de dinero en el barrio porteño de Almagro.
Fuentes policiales aseguraron que se trata del yerno del dueño de la distribuidora Margaritis S.A. y un ex policía que hacía de custodio, quienes fueron asesinados cuando transportaban una importante suma de dinero de una oficina hacia otra ubicada a pocas cuadras.
El hecho ocurrió cerca de las 15 de esta tarde en la esquina de la avenida Córdoba y la calle Pringles, cuando el empleado de la empresa, de unos 25 años, y un custodio, de 35, viajaban en un taxi en el que llevaban dinero.
Según las fuentes, los dos hombres habían salido unos minutos antes de la sede central de la empresa Margaritis, en la calle Lavalleja al 1200, y se dirigían hacia otra oficina de la misma distribuidora ubicada a pocas cuadras.
Se cree que unas cuadras más adelante, se les cruzó en el camino una moto de la cual bajó un delincuente y les exigió una bolsa de plástico negra en el que transportaban el dinero.
Los investigadores intentan establecer si algunas de las víctimas pretendió resistirse o si los delincuentes dispararon sin motivos para robar la bolsa con el dinero.
Según un jefe policial, el yerno del dueño de la distribuidora recibió un balazo en el cuello y el custodio un tiro en el abdomen y ambos murieron dentro del taxi antes de que pudieran ser asistidos por los médicos del SAME que llegaron al lugar.
En tanto, las fuentes explicaron que los ladrones llegaron a robar el dinero y huyeron en la moto.
En el lugar trabajaban esta tarde peritos de la policía científica y efectivos de la comisaría 25, además de la fiscal de instrucción de turno.
La principal sospecha de los investigadores apunta a que en el hecho hubo un entregador y que los delincuentes actuaron con mucha violencia porque sabían que uno de los hombres era un custodio y que estaba armado.