Alejo Chornobroff y una grave denuncia en redes sociales en su contra y van …

Una nueva denuncia contra el actual intendente de Avellaneda, se concretó en las redes sociales, en una de las publicaciones del Foro Vecinal Avellaneda Segura, una usuaria y seguidora publicó en respuesta a otra usuaria una grave denuncia contra el joven elegido por Jorge Ferraresi quien suma varias denuncias en su contra por el abuso de poder y el acoso y abuso sexual a mujeres en estado de necesidad o que militaban, una conducta despreciable y que parece más transcurre el tiempo, más casos se conocen. A la fecha, el intendente ha sido «blindado» mediáticamente con grandes sumas a los medios para que no se difundan las denuncias y curiosamente mujeres políticas locales que dicen defender los derechos de las mujeres prefieren no opinar, cuesta creer que ante tantas denuncias similares, TODAS mientan y no es poco habitual que personajes con estas inclinaciones elijan a sus víctimas de forma tal que ante la denuncia surjan dudas.

Artemisa Holística Irene Llanieri En el año 2014 comienzo a realizar tareas comunitarias en mi barrio, en búsqueda de la igualdad social. Es allí donde conocí a esta persona, ya que el era encargado municipal en Villa Tranquila, un barrio sesgado por la vulnerabilidad social, económica y cultural. En ese entorno comienza mi infierno y la de mi familia, que paso a relatar:

Ya en los comienzos de mis tareas barriales, soy advertida por los punteros de las costumbres de Alejo con las chicas de los barrios carenciados. “Mirá que Alejo se conoce la casa de todas las chicas de acá”. “Alejo les hace favores a las pibas a cambio de amor, jaja”, algo que escuché en varias oportunidades, pero siempre creí que exageraban. Tuve que ser yo quien padezca en carne propia lo que otros contaban. Comienzo haciendo una recolección de firmas para llevar a cabo el mejoramiento de la iluminación y el asfalto (era de adoquines, mientras pagamos los impuestos como cualquier ciudadano). Luego de un tiempo en el que contacto con la gente que trabaja en Villa Tranquila, se realizan dichas obras. A partir de ahí soy invitada a participar de las reuniones barriales (reuniones cerradas, en las que ellos deciden quien participa y a quien se le entregan los insumos correspondientes bajo un criterio nulo: amiguismo, etc.). Este chico Alejo designa las tareas barriales, es en ese caso que me aloja en un comedor para comenzar a dar apoyo escolar a los más chicos. Ya en ese momento comienzan las insinuaciones sexuales y amorosas a las cuales me niego. “Sos un nene, dejame trabajar”. “Tengo marido, dos hijos. No quiero nada con vos”. La respuesta de él siempre fue :“No me importa nada”. “Que fuerte que estás”. En ese momento yo tenía 35 años y el 23. Me llamaba para charlar sobre las nuevas directivas en torno al trabajo y luego cuando tenía que retirarme no me dejaba ir, me abrazaba, se me tiraba encima. Terminaba excitado, sí, señoras y señores, eso que están imaginando. Dejé de ir a su despacho. Cuando le comuniqué que no quería acercarme, luego de un mes llamando para terminar de concretar una sede de Fines que yo estaba armando, me amenazó con la policía. Tenía que hacer lo que él decía:“¿Quién te pensás que sos? “. “Tenés que hacer lo que te digo”. Me dijo. No finalizó en ese momento, recién comenzaba mi tormento. Luego de dos años de trabajo ad honorem, es decir gratuito (en los que brindamos apoyo escolar, alfabetización a personas mayores, entrega de insumos, talleres, cine, jornadas barriales y diferentes eventos) tengo que mudarme de mi hogar. Ya que un grupo de vecinos trabajadores municipales vinieron a agredir, insultar y golpear a mí familia y a mí. Le rompieron el auto a mi marido. Todo esto a causa de la nula representatividad en el ámbito de mejoras, contención, desarrollo cultural, social y económico en el barrio. Es decir el abandono total en que se encuentran, la antagónica vivencia en el que se ven sumergidos día tras día. En la que los oídos se vuelven sordos, los ojos ciegos y los bolsillos cada vez mas codiciosos de poder. Mi marido acude a Alejo para solicitar intermediación ante este pavoroso acontecimiento. Alejo se niega, aludiendo que yo lo insultaba. Lo insultaba porque me impedía el trabajo, porque se negaba a brindar ayuda a los más necesitados, cuando esa era y es su labor. Pero sí se abocaba a demostraciones afectuosas a mi persona y a chicas menores de edad, demostraciones que atestigüé. Es en ese momento cuando decidimos mudarnos del barrio por un tiempo, cansados de los malos tratos. Transcurrió un tiempo y entonces, aquellos que abandonamos nuestras costumbres y nuestros lazos fraternos quisimos regresar a nuestro hogar. Nos convocan a participar de jornadas (como anteriormente lo veníamos haciendo y que tan bien nos hacía) y acudimos. Es allí que me encuentro con la noticia de que la nueva encargada barrial municipal pasaba a ser yo…. Pero, con la disyuntiva de que debía realizar un trabajo en equipo con Alejo, tarea no menor dado lo anteriormente acontecido. Es entonces que me apresto a comunicarme con esta persona (Alejo). Lo único que consigo es que comience a perseguirme y a acosarme de forma continua y permanente. ¿Cómo? Así como lo describo, juro que no exagero ni en una coma. Primero me envía solicitud un compañero de militancia de él y alumno de la facultad donde estudio (a él hacía bastante tiempo que no lo tenía mas entre mis contactos). Es así que se pasan fotografías mías con intenciones pocos decorosas. Me percato y le hablo por mesenger, advirtiendo que si seguía con la práctica lo publicaba en el facebook. No obtuve respuesta y me bloqueó. Luego comienza a investigar mi vida privada: cuál es el título que tengo, quienes fueron mis novios, cuantos embarazos tuve, que notas tengo en la facultad… Prosigue un proceso persecutorio y de hostigamiento al mejor estilo dictadura de los años 70. Pierdo mi derecho a la libertad, al libre tránsito, me veo amenazada para no hablar de lo que sobreviene. Me persigue hasta mi nuevo hogar alojado en Longchamps, comienza a preguntar mis gustos, mis tareas diarias. Me espía y envía a terceros a realizarlo. Conoce a mí depiladora, pregunta las marcas que tengo en el cuerpo, que ropa uso, donde la compro, cuantos dientes tengo, que como, cuanto dinero tengo, que libros leo… Investiga a mis hijos, a mi marido, a mi familia entera. Les juro que hemos tratado de parar a este “ser humano”, de buenas maneras y de malas también, no se pudo. Casi me hacen un informe a mí por insultarlo, sus compañeras en un acto total de frivolidad, como ya los caracteriza. En todo momento se las ingenian para posicionarlo a él como la pobre víctima. Con burdas actitudes, en los que justifican el maltrato a rasgos impensados: que lo insulto, que le envío mensajes, que lo maltrato… Cuanta peculiaridad se le venga a la mente es utilizada como artimaña para desviar la atención del daño psicológico, psíquico y emocional al que era sometida. Jamás tuve un solo llamado, una señal de ayuda de esta gente, todo lo contrario. Termina este enfermo, hijo de puta, cobarde o la denominación que usted quiera darle, pinchándome el teléfono, monitoreando mis movimientos por las cámaras de seguridad, con la policía local, hablando con mis vecinos, maltratándome por no querer tener una relación con él, por negarme de forma continua. Me persigue hasta mis vacaciones: Córdoba y San Bernardo. Habiendo realizado ya la denuncia, escraché en los medios de comunicación y acudido a hablar con todos nuestros conocidos para que lo contengan y pare…No paró, me orilló a la locura. En el medio de las tres denuncias por abuso y amenazas el Intendente de la ciudad bonaerense de Avellaneda Jorge Ferraresi, lo posiciona como Jefe de gabinete y como si esto no fuera poco agravio, lo postula como Candidato a Concejal por la lista de Unidad Ciudadana. Queda mas que claro la impunidad con que se manejan, perpetrando una y mil veces la Constitución Nacional. Las causas tienen su curso en las UFI N 9 del juzgado de Avellaneda y la UFI N 6 de juzgado de Lomas de Zamora. Cabe destacar el grotesco manejo con que se dirijen los letrados en la causa, primero en Lomas de Zamora la causa se sortea para el juzgado de familia, siendo que no son familiares, luego, en Avellaneda y teniendo ya tres denuncias, otorgan una orden perimetral en contra de la víctima. Algo fuera de la legalidad.

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