La Jueza de Familia del Juzgado N° 2 del Departamento Judicial de Avellaneda-Lanús, Alejandra Sobrado, a vuelto a ser denunciado por un justiciable, al que en una audiencia le reconoció entre otras cosas QUE NO SABE LO QUE FIRMA.
Si bien por sus polémicos fallos es más que evidente que o no sabe lo que firma o tiene una incapacidad manifiesta para ejercer la magistratura o ambas cosas, pero más grave que la conducta de Sobrado como jueza, es la posición de los responsables de la Oficina de Control Disciplinario de la Corte Bonaerense, a cargo de la Subsecretaria Nora Claudia Farina, que por experiencia personal de seguir varios casos con denuncias a magistrados y empleados judiciales, avala conductas que además del reproche administrativo interno, merecen una investigación judicial.
En el caso de Sobrado no solo su labor judicial merecía haber sido de mínima observada, sino también la composición de su juzgado con nombramientos de funcionarios y empleados puestos a dedo, algunos sin la idoneidad requerida para el cargo y otros por manifiestas incompatibilidades pero de eso me voy a extender en otra oportunidad.
El derecho, en todas sus ramas debe dar certeza, algo distinto a todo lo que hoy perciben la mayoría de los ciudadanos y que en les encuestar ubican al Poder Judicial como una de las instituciones que la población percibe más corruptas.
La nueva denuncia contra la Jueza Alejandra Sobrado, realizada por Román Rodríguez llego a la TV Pública en el programa «Las dos caras de la justicia».
Una vez más el tiempo y los hechos confirman, que cuando advertí que Alejandra Sobrado no honraba la magistratura, no estaba equivocado ni haciendo una apreciación subjetiva, en el medio cientos de fallos de esta jueza han perjudicado familias, dañado vínculo y perjudicado a niños, también para los que quieran buscar, van a encontrar que fue mencionada como responsable de no haber actuado con profesionalidad en el caso del nieto que mató a su abuelo e intentó enterrarlo en el fondo de la vivienda.
Damián Rodrigo Tello un tatuador, de 35 años con presencia en redes sociales, mató a su tutor y abuelo materno Antonio Carrano de 84 años. La familia luego del crimen denunciaron que no lograron la internación del asesino por parte del Juzgado de Familia a cargo de Sobrado y a pesar de la inestabilidad mental manifiesta en las publicaciones en redes sociales de Tello nadie hizo nada para evitar el homicidio.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw