El entorno del colectivero asesinado en Claypole, hace poco más de un año, reclamó avances en la causa. Aún no hay detenidos, pero el abogado de la familia asegura que los victimarios fueron identificados.
El pasado 14 de junio se cumplió un año de la muerte de Carlos Sánchez, el chofer de la línea de colectivos 514 que murió al quedar en medio de un tiroteo en Claypole. Su familia pidió avances en la causa.
“El dolor por la pérdida todavía está latente y no parece que pasó un año”, comentó Verónica, esposa de la víctima. “Lamentablemente, en un año no hubo avances como hubiéramos querido. Queremos que se haga lo se tiene que hacer para detener a los culpables, pero la Justicia no se mueve”, apuntó.
El 16 de junio del año pasado, dos días después del crimen, efectivos de la comisaría sexta de Almirante Brown detuvieron a un sospechoso, pero fue liberado más tarde por falta de pruebas. Desde entonces no hubo novedades, razón por la que la familia Sánchez no descarta hacer una movilización para visibilizar el caso.
Por su parte, el abogado del entorno de la víctima, Emiliano Hernández, contó que “se presentaron elementos probatorios para que la Justicia determine los allanamientos”. “Creemos que son elementos suficientes para probar la culpabilidad de los que consideramos fueron los victimarios de Carlos Sánchez”, precisó.
El caso.
El hecho ocurrió en Remedios de Escalada de San Martin y Aristóbulo del Valle, Claypole, a pocas cuadras de la terminal de la empresa Expreso Arseno. En medio de un aparente intento de robo de una moto, los delincuentes efectuaron varios disparos en su fuga y uno de ellos hirió de muerte a Carlos Sánchez, quien pasaba por el lugar con la unidad que manejaba. La víctima, que tenía 41 años y era padre de cinco hijos.
