Una topadora comenzó a destruir hoy el histórico muro construido en 1982; se levantará otro en Villa Soldati
Una grúa topadora ingresó al predio del CeNARD y, sin aviso previo a los escaladores del Centro Andino Buenos Aires, comenzó a destruir la Palestra Nacional de Andinismo, un muro construido en 1982 con el principal objetivo de albergar a los escaladores porteños y bonaerenses que hasta entonces no tenían ningún sitio para entrenar.
Desde el año pasado, el gobierno de la Ciudad tomó la decisión de sacarlo para construir una salida de la avenida Lugones a Campos Salles, justo al lado de lo que se proyecta será la Ciudad de la Innovación. La obra quedó a cargo de AUSA Autopistas Urbanas, que se encargó de derribar este muro histórico. Sin embargo, no lo hizo sin oposición: la resistencia de los escaladores derivó en un proceso judicial. “Ya sospechaba que iban a hacer algo desde ayer, porque hoy no abre el CeNARD. Es una pena que no me haya equivocado”, comentó Diego Mac Dougall, escalador, instructor y encargado de la palestra.
La noche anterior, Mac Dougall notó que justo afuera del predio se instalaba la misma grúa que por la mañana vio taladrando el muro. Fue el primero en llegar y presenciar la obra. Aseguró que, a pesar de que el caso estaba judicializado, no hubo nadie ni de la Ciudad ni de AUSA que se comunicara con ellos. “Yo ya me doy por despedido. Porque yo soy instructor y encargado de la palestra. Ahora no sé qué voy a hacer”, confesó, mientras evitaba a toda costa ver a la topadora romper aquel muro. Son alrededor de 800 escaladores registrados que utilizaban este sitio.
Para Mac Dougall, la palestra no era solo un trabajo, sino un refugio. Como él, fueron varios los escaladores que poco a poco se congregaron frente a lo que pronto se convertirá en una ampliación del Puente Labruna que cruza la avenida Lugones a un lado del estadio de River Plate. Sin embargo, no pudieron entrar, pues fuerzas de la policía de la Ciudad acordonaron el predio.
Azul Vieiro, hija del reconocido escalador argentino Guillermo Vieiro, contó entre sollozos que la construcción de aquella palestra había sido impulsada por su padre, quien murió en el volcán Tupungato en 1985, apenas unos años después de que la estructura fuera construida. Explicó que esa topadora no debería estar allí: hasta este momento, la causa estaba a la espera de ser revisada por los jueces Perugini, Fastman y Macchiaveli, de la Sala IV del juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario 24 de la ciudad.
Desde abril de 2025, los escaladores del Centro Andino Buenos Aires apelaron la decisión del gobierno de la Ciudad de demoler este sitio y, en junio, lograron un primer fallo a su favor. “Logramos que el juez Darío Reynoso, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario no. 24, emitiera una cautelar. Sin embargo, en noviembre la retiró”, detalló Vieiro.
Según el abogado, la condición para que el juez Reynoso cambiara de parecer fue la construcción de una nueva palestra que ofreciera a los escaladores una alternativa ante semejante destrucción. Esto comenzó a consolidarse a mediados de este año, cuando el gobierno de la Ciudad, en conjunto con AUSA, anunció que construiría una nueva palestra en el Parque Olímpico, en Villa Soldati, que —según afirmaron— sería igual a la que hoy inició su demolición.
En un comunicado oficial, el gobierno de la Ciudad informó que este nuevo predio contará “con cuatro unidades de muros de escalada —ya supera los 4,5 metros, con un importante grado de avance— y se está colocando el revestimiento de piedra Mar del Plata”. Sin embargo, para los escaladores, la nueva edificación carece de aspectos técnicos básicos y pone en riesgo la vida de sus usuarios.
Varios señalaron que los muros no son lo suficientemente gruesos y que la estructura carece de pilotes con la profundidad necesaria para sostenerla. “Por eso, después de que iniciaron la construcción tuvieron que empezar a resolver problemas estructurales. En nuestra palestra, la que está aquí en el CeNARD, podemos escalar por dentro y por fuera del muro. La verdad es que a mí me daría miedo colgarme en ese sitio; no sabemos si puede soportarnos”, argumentó Vieiro.
Además, desde el Centro plantean que ni las piedras de revestimiento ni las losas intermedias ni el encofrado de los muros internos son adecuados para todos los ejercicios de escalada necesarios.





