Subte PRO:Autonomía Sí, Obligaciones No

El gobierno encabezado por Mauricio Macri ha demostrado, una vez más, su falta de compromiso con el desarrollo del transporte subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires, dejando en evidencia que no es su prioridad.

La renuncia al traspaso del servicio es un eslabón más entre una serie de medidas que la gestión PRO ha tomado en perjuicio del  medio de transporte más rápido y seguro de la Ciudad, y resulta un paso en falso con respecto a la política diseñada en el año 1999 mediante el decreto 393 – el cual establece el traspaso del control y fiscalización del subterráneo, ratificado por la legislatura al año siguiente mediante la ley 373.

Sin embargo, antes de decidirse por incumplir con el Acta de Traspaso acordada con el Estado Nacional, el Gobierno de la Ciudad hizo uso de las potestades tarifarias que el mismo le concedía. Tal decisión llevó a que el 30% de los pasajeros que utilizaban el servicio pasaran al transporte automotor.

Se ha esgrimido, falsamente, que el Gobierno Nacional adeuda más de mil millones de dólares en obras. Desde la gestión encabezada por Cristina Fernández, se llevó adelante la modernización de la línea A que incluye la renovación de 17 km de vías, además de obras civiles de restauración en 11 estaciones, la modernización de sistema de señalización, y el remplazo del sistema eléctrico. A su vez, se encuentra en plena ejecución la obra de extensión de Línea E, la cual comprende la construcción de 3 estaciones (Correo Central, Catalinas y Retiro) que significan 2,3 kilómetros nuevos de la red, y la conexión con las terminales del Ferrocarril Mitre y San Martín en el barrio de Retiro, lo que conectará el sudeste de la ciudad con ese importante centro de trasbordo. Dicha construcción es la de mayor complejidad que se haya realizado en la red de subterráneos, por efectuarse casi totalmente sobre suelos ganados al río, sumamente húmedos y con presencia de napas y cloacas.

Respecto de las obras ejecutadas por la Ciudad: la expansión de la línea H fue iniciada por su tramo norte, cuando por ley 317/99 (art. 2) se estableció que el tramo sur debía ser el primero en completarse. De esta forma, se dejó al desnudo la concepción elitista en materia de transporte por parte del PRO, que ha tomado la determinación de priorizar las extensiones de la red y beneficiar a los barrios de mayor nivel socioeconómico, relegando a un segundo plano al sur de la Ciudad. Por si esto fuera poco, el gobierno porteño oculta que la ejecución del tramo norte se encuentra detenida por violación de la ley ambiental y por no proteger el patrimonio natural y cultural, lo que obligó a la justicia a dar lugar a  un recurso de amparo que denunció la destrucción de la barranca y el talado de árboles de más de 100 años de antigüedad de la Plaza de Alvear (Plaza Francia, Recoleta).

Finalmente, cabe recordar que en la campaña electoral para las elecciones a jefe de gobierno del año 2007, el macrismo tuvo como uno de sus ejes proselitistas el, hoy día cuestionado, traspaso, y prometió obras jamás concretadas. A esto se le debería agregar el escandaloso manejo de la séptima serie del Bono Tango, el cual fue emitido con el fin de financiar obras de expansión en la red, endeudando a la Ciudad por 475 millones de dólares, sin que un solo centavo se destinase a tales fines.

Desde la Scalabrini condenamos la falta de responsabilidad, por parte del PRO, ante las obligaciones contractuales a las cuales adhirió, al igual que las nulas políticas adoptadas para el mejoramiento y desarrollo del subte. Esta inacción ha llevado a un deterioro de la red, producto de la escasa planificación y permanente improvisación por parte de la gestión de Macri.

Reclamar más autonomía y recursos requiere del acompañamiento de políticas activas que permitan sostener el proceso de transferencia. Esquivar obligaciones y excusarse en falsedades no son el camino indicado para  lograr mejores servicios para los porteños.

Una política de transporte integral y al servicio del pueblo requiere un amplio debate en el seno de la sociedad con la participación de sus protagonistas: Estado, usuarios, trabajadores y empresarios. Resulta indispensable el desarrollo de un proyecto integral, plural y colectivo, en materia de transporte subterráneo, que permita desarrollar un servicio de calidad y para todos. Solo así el subte dejará de ser un mero slogan de campaña para transformarse en una solución  y garantía para la movilidad de la ciudadanía.

Agrupación Política Scalabrini Ortiz “Nada resiste la voluntad del hombre puesta al servicio de una gran causa”.
http://lascalabrini.com

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