Sacerdote denuncia que le coparon el salón parroquial

padre-Luis-DomínguezEl presbítero Luis Domínguez, párroco de Nuestra Señora del Valle, denunció ante la Justicia que funcionarios del municipio de Avellaneda y partidarios del Frente para la Victoria vienen usurpando desde hace un año y medio el salón parroquial, ubicado a 50 metros del templo matriz, en el barrio San Lorenzo, una de las zonas más carenciadas de Wilde. Después de bregar por un acuerdo, el párroco de la comunidad adelantó que hubo un principio de acuerdo y las partes se sentarían a dialogar.

El presbítero Luis Domínguez, párroco de Nuestra Señora del Valle, denunció ante la Justicia que funcionarios del municipio de Avellaneda y partidarios del Frente para la Victoria vienen usurpando desde hace un año y medio el salón parroquial, ubicado a 50 metros del templo matriz, en el barrio San Lorenzo, una de las zonas más carenciadas de Wilde.

El sacerdote, que asumió como párroco a mediados de 2012 en reemplazo del padre Luis Sánchez, un histórico y emblemático evangelizador de esta zona del conurbano sur, denunció ante la justicia a Mónica Ghirelli, secretaria de Seguridad del municipio que gobierna Jorge Ferraresi, del Frente para la Victoria (FpV). Según consta en la causa, la funcionaria habría intentado romper la cerradura del establecimiento acompañada por su grupo.

Según relató el sacerdote a AICA, desde su llegada a la comunidad parroquial se encontró con que el salón parroquial era utilizado durante la semana para fines nada vinculados a la labor pastoral. No obstante, decidió cerrarlo completamente a este tipo de actividades luego de que una patota destruyera el pesebre gigante que se había armado para Navidad.

“Nos pusimos firmes y cambiamos las cerraduras –relató-. Les advertimos que tenemos que sentarnos a dialogar, pero la secretaria de Seguridad intentó forzar los candados. Hasta ahora, no conseguí que nadie se siente, explique y detalle qué hacen aquí”.

“El lugar ha sido utilizado para fines políticos y reuniones partidarias; incluso para hacer una entrega de antenas y demás cosas”, explicó el sacerdote, quien envió una carta al jefe distrital firmada por más de 500 vecinos a fin de que se convoque a una mesa de diálogo que resuelva el conflicto.

El padre Domínguez, de 49 años, oriundo del Paraguay, sacerdote hace 19 años y médico psiquiatra, contó a esta agencia que actuó con prudencia y paciencia antes de tomar medidas efectivas, incluso porque a su llegada el municipio se encontraba realizando obras de refacción en el salón. Mientras se acomodaba a los tiempos y la idiosincrasia del barrio, el sacerdote debió partir en enero de 2013 en misión humanitaria a Haití.

En su ausencia, denuncia, el intendente Ferraresi se hizo presente en el lugar e inauguró las mejoras edilicias. “Vino a inaugurar el predio sin mediar contrato ni palabra –contó-. Esto generó una relación tirante, porque el salón parroquial como el padre Sánchez, su fundador, son muy emblemáticos”. Al momento, nadie se sentó a explicarle la situación.

Aún más, las corrientes partidarias que utilizaban el salón hicieron correr el rumor de que el predio no pertenece a la parroquia, sino a la Fundación Beato Adolfo Kolpink, una organización alemana que fomenta el cambio social basado en la doctrina social católica. Sin embargo, la organización se retiró años atrás y donó el predio, como hizo constar la parroquia en la causa judicial.

El actual párroco contó a esta agencia que el salón ubicado en Guaminí 6050 (a escasos metros de la parroquia, ubicada en Guaminí 6102) es un lugar de puertas abiertas, donde toda la comunidad, en su mayoría pobre, encuentra un lugar de esparcimiento y encuentro. Así lo quiso el padre Luis Sánchez cuando lo fundó, muchos hace años, y así lo mantuvo.

Las actividades parroquiales, la mayoría por la tarde y por la noche, consisten en teatro, música y catequesis, a la que asisten cerca de 200 chicos. También está el “Fútbol inclusivo de Avellaneda”, originado aquí y que congrega a 150 niños del barrio; talleres inclusivos de oficios para jóvenes y gabinetes para la atención de víctimas de maltrato familiar o demás enfermedades.

Pero estas actividades, la mayoría llevadas a cabo por la tarde y por la noche, debían convivir con las actividades que el municipio permitía; entre ellas, los actos partidarios, las reuniones políticas, las reuniones y actos de distintos programas sociales y otras cuestiones administrativas.

El párroco de la comunidad adelantó que, luego de bregar por una instancia de diálogo, las partes mantendrían un encuentro a la brevedad para zanjar la discusión y acordar acciones que no perjudiquen a la comunidad del barrio San Lorenzo.

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