Rodrigo Galetovich el político de los caprichos,¿ mentiras o corrupción?

P1470649Rodrigo Galetovich es de esos políticos inmaduros para representarnos a los vecinos, incluso a su propio partido la UCR, que gracias a sus dichos que parece ahora pretende borrar, dejó a los que conforman la UCR en el caso del traspaso del Hospital de Wilde como unos literales corruptos, al exigirle a él, pobre inocente concejal, votara a favor del proyecto oficialista a pesar de su posición personal, espero que en la justicia explique lo mismo que les dijo a los médicos y sino presentaremos el video que tanto parece le molesta a usted.

Pero Rodrigo Galetovich, parece ser un tipo que no se hace cargo de nada de lo que hace, dice o tiene responsabilidad, su trabajo legislativo es muy pobre, sus proyectos en el HCD casi siempre tienen una direccionalidad que no es el bien común, sino el del entorno suyo.

Aún espero en este 2015 algunas explicaciones de este impresentable concejal, como vecino, quiero saber por qué usted asegura que lo obligan a votar contra lo que usted considera correcto, como periodista quiero saber por qué usted intenta censurar artículos que no son de su agrado, pero también como periodista y vecino me gustaría que usted y el resto de los concejales nos expliquen como pueden llevar el nivel de vida que llevan con el sueldo de concejales del que se quejan muchos, pero parece les rinde muy bien, ya que ninguno desciende de familias acomodadas por el contrario han hecho fortuna desde la política.

También me quiero sacar la intriga sobre la foto del día de la marcha que usted intentaba cruzar, irresponsable y poco solidario como suele ser, y aclarar de una buena vez los temas, porque el que vino a mí fue usted, respecto a quien lo acompañaba es un tema suyo, la descripción era lógica como en cualquier nota periodística iba con X, quien es X es un tema suyo, salvo que usted le de a X un protagonismo que no se entiende o X lo comprometa, como sea, es su problema, dedíquese a cumplir con su trabajo como concejal.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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