Un hombre fue abordado por cuatro ladrones que lo balearon y le mataron al perro. Después, a media cuadra, un padre y tres menores fueron secuestrados. Mientras la Policía atendía estos dos hechos, una pareja llegó al lugar para pedir ayuda porque su casa había sido saqueada.
A sólo media cuadra y cuando la Policía Científica trabajaba en la casa del matrimonio asaltado, un vecino salió a buscar a su hija y a dos amigas a un shopping cercano. Cuando emprendían el regreso, el auto en el que viajaban fue interceptado por delincuentes que obligaron al conductor a llevarlos a su vivienda. El hombre intentó convencerlos de que no fueran, ya que en el barrio había una fuerte presencia policial por el robo anterior. Los delincuentes hicieron caso omiso, sin saber que lo peor estaba por comenzar.
Como si se tratara de la peor de las pesadillas, a la calle Brasil, donde estaban los móviles de la Policía, llegó una pareja desesperada y denunció que su casa, situada a cinco cuadras, estaba siendo desvalijada. El asalto ocurrió en Ecuador y Unamuno. El dueño contó que todo comenzó cuando regresaba a su vivienda con su mujer, luego de denunciar el robo de su moto. Al ver que la reja estaba rota, notaron la presencia de un ladrón dentro del inmueble.
En ese momento, fueron en búsqueda de la policía. En el camino, hallaron un patrullero, quien les dijo que fueran hasta la calle Brasil y denunciaran el robo porque en ese lugar había más móviles. «Estuvieron un tiempo largo porque la reja la rompieron a los golpes. Alguien tuvo que escuchar algo», sostuvo el joven asaltado. No hay detenidos por ninguno de los tres asaltos.