Quilmes: El relevo del Jefe Departamental Comisario Mayor Alarcón y las repercusiones

  Tal como lo adelantáramos en El Sindical, el Comisario Mayor Alarcón, a cargo de la Jefatura Departamental de Seguridad Quilmes, se encuentra comprometido en una investigación que llevaba adelante la Dirección de Asuntos Internos y la justicia por el homicidio de un joven gay, crimen cometido en la zona de La Cañada.

El homicidio que puso en jaque al ahora ex Jefe Departamental tuvo lugar en la madrugada del sábado 10 de marzo último. Esa mañana, vecinos hallaron el cuerpo de un adolescente de 17 años, identificado como Cristian Medina, que había sido brutalmente asesinado y abandonado en un descampado ubicado en Camino General Belgrano entre Catamarca y La Rioja, en proximidades del arroyo San Francisco.

El cuerpo presentaba un profundo corte en el cuello, que le había causado la muerte, además de otras puñaladas en la región torácica. Trascendió que el crimen tuvo lugar en la localidad de Almirante Brown, pero que el o los homicidas arrojaron el cuerpo en el mencionado terreno baldío.

La Comisaría Quinta se hizo cargo de la investigación bajo la instrucción de la Fiscalía Nº 7. Conforme fueron pasando los días, la Fiscal comenzó a barajar la teoría de que habría un encubrimiento desde el alto mando de la fuerza policial, por lo que paralelamente se inició una causa de asuntos internos. En este marco Alarcón estaría señalado como responsable de sembrar pruebas falsas para acusar a un inocente por el crimen. El objetivo sería proteger a un allegado que estaría implicado.

Tras conocerse la noticia de la desafectación de su cargo, en la mañana del miércoles trascendió que Alarcón negó haber sembrado pruebas contra un inocente. Entre tanto, un vidente quedó procesado por plantar pruebas e intentar convencer a la familia de la víctima de que el inocente era el culpable.

Puntualmente desde el Ministerio de Seguridad se cuestionó el hecho de que Alarcón habría facilitado fotos de la causa a los integrantes de un templo Umbanda, hecho reconocido por el ex jefe pero que se justificó diciendo que lo hizo para que recen por el asesino, versión que no conformó a los investigadores de Asuntos Internos.

Justamente uno de esos miembros del templo es el señalado como «vidente» procesado por entorpecer la causa al tratar de desviar en otro la autoria del crimen.

 

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